De Pié
Después de pasar por los amargos pasajes de su niñez y los crudos desafíos de su adolescencia, a ella sólo le quedó una opción. Luchar y mantenerse de pie. Maltrato físico, Psicológico, verbal y abuso sexual, son algunos de los peldaños que conforman la escalera que tiene como vida ésta gran guerra.
Eran las 8:30 de la noche, en un rincón oscuro de una pequeña casa de madera, se encontraba postrada de rodillas una pequeña niña de 6 años. Tenía dos horas con las manos hacia arriba como queriendo alcanzar aquel techo en mal estado, su pequeño cuerpo sudado, su pelo crespo deshecho y varias marcas en la espalda, como si un verdugo la había azotado.
Una mujer se acerca hacia la pobre criatura que se quejaba en voz baja tal como un leve suspiro que deja el viento al pasar.
-Ven tú!.... Párate de ahí.
La pequeña niña se levanta lentamente algo asustada y con temblores en las piernas ya que llevaba mucho tiempo en esa posición. Se acerca a la mujer y ésta puede percatarse del enrojecimiento y las manchas que dejaron las lágrimas en el rostro de aquella niña de cara redonda. La mujer le mira las marcas en su cuerpo y con algo de culpa pero disimulando le dice.
-Mírame!... Viste?... Lo vas a volver a hacer?... Te vas a portar mal otra vez?
-No ma'... Responde la niña con vergüenza y algo de tristeza en el tono de su voz.
La mujer era la madre de la niña, está mujer llamada Nathy, tenía para ese entonces dos hijos, uno varón de 4 años Randy y la niña que tenía en frente Emely.
Randy no vive con ellos porque es hijo del hombre con el cual ella se caso al poco tiempo de separarse de Edwardo el padre de Emely, Unos pocos meses después ella tuvo a Randy, la felicidad de este hogar fue efímera ya que el padre de Randy era un hombre poco pensante que dejaba sin comida a Nathy, Emely y su propio hijo Randy cuando estaba disgustado con Nathy. Lamentablemente Nathy, un día no pudo aguantar más la situación de ver a sus hijos pasar hambre, así que decidió llevar a Randy de tan sólo un año a vivir un tiempo con su abuela paterna y a Emely a vivir con la madre de su ex pareja Edwardo el padre de Emely por un tiempo. Una vez que Nathy encontró trabajo buscó a casa de su abuela a Emely, pero a Randy lo dejó con su abuela paterna, porque aunque ya había encontrado trabajo, el niño estaría mejor ahí, Nathy no se descuidó de su hijo, lo visitaba junto a Emely todos los fines de semana y cada vez que el niño necesitaba algo, Nathy le llevaba dinero.
Luego de ordenar a Emely que se limpiara la cara, le sirvió la cena.
-Quieres así o más?
Preguntó Nathy a su hija que aún estaba triste por el castigo que le impuso luego de azotarla brutalmente con el cable de la TV.
-Así está bien!... Respondió en voz baja Emely.
-Habla duro... Le dice en voz alta Nathy a Emely.
-Que así está bien. Le dice con voz clara Emely a Nathy.
Llega Pablo, el marido actual de Nathy padrastro de Emely, quien se sienta en una silla plástica luego de quitarse la gorra y darle un beso a Nathy. Mira un poco sorprendido a Emely y se percata de que había llorado, aunque no le había visto las marcas en el cuerpo, sabía que Nathy le había pegado otra vez.
-Y ésta que hizo ahora?.... Le pregunta con asombro Pablo a Nathy.
-OH!... Yo llegué y encontré la casa patas hacia arriba y los platos sucios aún.... Le responde enojada Nathy a Pablo.
-Y tú que le hiciste?.... Pregunta Pablo.
-Le di bien duro y la puse de castigo.
Todos se sientan a cenar.
Emely toma en sus dedos un tenedor con un trozo de plátano frito, al introducirlo en su boca ella sintió como si en su boca había arrojado algún ácido destructivo, sentía cómo el calor del plátano le terminaban de destruir la boca. Al sentir ésta sensación tan insoportable, Emely no dudó en retirar el pedazo de plátano frito y al sacarlo ella pudo ver restos de carne que provenían de sus labios partidos, ésto provocado por el fuerte castigo que le impuso Nathy unas horas antes, le había roto los labios por dentro, tenía la boca desbaratada por dentro, le era imposible comer a aquella pobre niña. No podía llorar así que se contuvo, pero fue inútil porque Pablo y Nathy se dieron cuenta de que algo no estaba bien con Emely.
-Que pasa?.... Le pregunta Nathy a Emely la cual no le puede responder porque la melancolía se apoderó de ella y rompió en llanto, no sólo porque le dolían sus heridas y no podía comer, sino también porque quien se las había causado fue el ser que le dio la vida.
-Déjame ver.... Acercándose a Emely dijo Nathy.
-Es que tu exageras Nathy, la maltratas demasiado.... Dijo Pablo sintiendo algo de lastima por Emely.
-Te duele mucho?..... Preguntó Nathy a Emely.
-Sí, pero yo puedo comer.... Responde la niña.
Nathy se dispone a seguir comiendo y Emely hace un esfuerzo para terminar su cena.
C2. Tu papá no te quiere.
Luego de terminar la cena, Emely empezó a ayudar a Nathy a lavar los platos, Emely aún seguía triste y no levantaba la mirada por nada del mundo. Emely miraba hacia la pequeña salita a Pablo que veía el juego de Baseball, miró hacia la puerta que estaba abierta y en el patio habían unos niños jugando.
-Ma'.... Puedo salír a Jugar?... Le pregunto Emely a su madre Nathy.
-No... Tu aún estás de castigo... Quizás mañana te deje salir a jugar. Le esponde Nathy.
Esa respuesta para Emely representó el mismo dolor que cuando estaba siendo azotada unas horas atrás, ella no dijo nada y sus ojos se hunedecieron casi al punto de derramar una lágrima, solo que la contuvo porque sabía que si su madre la veía llorar, le pegaría nuevamente.
Luego de lavar los platos Nathy buscó una toalla, un pequeño cántaro de plástico con un pedazo de jabón dentro y se dirige con Emely a fuera de la casa dónde estaba el baño. Ellos eran una pequeña familia de escasos recursos, muy pobres por así decirlo, la casa donde vivían estaba ubicada en una de las zonas más vulnerables de la capital de República Dominicana, por lo que en estos casos de pobreza, algunas casas no tenían baños propios y la casa dónde vivían era una de esas.
Una vez entrando al baño, Nathy le quitó la ropa a Emely para ayudarla a bañarse, el pequeño baño estaba oscuro y solo la pobre luz de un foco alumbra.
-Aunch!... Sollozo Emely al ser frotada en la espalda con una esponja mojada con agua y jabón. Nathy volteó a Emely hacia la luz del foco y pudo ver aquellas marcas de los latigazos que le había provocado a Emaly en la espalda.
-Mi hija!... Por favor pórtate bien, tu crees que a mi me gusta pegarte?... Le preguntó con remordimiento Nathy a Emely.
Emely sólo la miró con algo le lágrimas en los ojos. Nathy continuó bañando a Emely.
Al salir del baño y entrar a la casa, Pablo que estaba en el mismo plan de ir a bañarse sale de la casa y se dirige al baño porque es su turno, mientras Emely y Nathy se ponen ropa de dormir.
Nathy saca de un rincón una pequeña cama sandwich, la abre y la coloca detrás de una cortina que dividía la cama de ella y Pablo de su pequeña cama, procede a prepararla para que Emely pueda acostarse.
Luego de que Pablo terminara de bañarse y entrar a la casa, se pone su ropa de dormir detrás de la cortina, apaga la luz y se acuesta junto a Nathy para ver su programa de costumbre de todas las noches. Mientras ellos ven su programa, detrás de la cortina en su pequeña cama, estaba Emely volteada hacia la pared. Lloraba sin hacer ruido, las lágrimas calientes rodaban por su cara y caían en el colchón, ella estaba recreando recuerdos de él fuerte castigo de unas horas atrás y pensando a la vez en su padre y su dulce abuela a la que veía muy pocas veces digamos que una vez cada dos años o más.
Emely añoraba tanto estar con la familia de su padre padre, digamos su abuela, sus tías, tíos, su mismo padre que esto le dolía hasta los huesos, pero más le dolía cuando su madre Nathy enojada de gritaba.
"Tu papá no te quiere".... "Tu abuela no te quiere"... Ninguno de ellos te quiere porque si te quisieran te buscarían.
Esas palabras no salían de la mente de esa pequeña e inocente niña de tan sólo 6 años. Lloró y lloró hasta que se quedó dormida.
Al día siguiente, eran las 7 de la mañana cuando Emely fue despertada con una caricia, pero no una caricia materna o de alguien que traía buenas intenciones con ella, no, esas no eran caricias, eran sólo las manos de una bestia encarnada en un hombre enfermo, eran las manos de Pablo que como todas las mañanas a excepción de los domingos, despertaba a la pequeña Emely para tocar su cuerpo lujuriosamente como un lobo hambriento que quiere saciar su hambre por una hora.
Nathy siempre se despertaba a las 6 de la mañana para preparar el desayuno que le dejaba a Emely, luego se iba a su trabajo a las 7 misma hora en la que el depravado de Pablo se levantaba para someter a Emely a unas series de abusos y luego marcharse a las 8:00 para ir a trabajar a su carnicería.
C3. Si le dices a alguien te mato.
Luego de que Pablo se fuera, Emely se quedó sentada en la cama abrazando sus piernas contra su plano pecho y mirando fijamente hacia la puerta, pensando y buscando en su mente alguna explicación para lo que le estaba sucediendo, ella no sabía a ciencia cierta que significaba lo que Pablo le hacía todos los días, pero de alguna manera ella sentía que eso no era bueno. Emely se quedó sola toda la mañana como de costumbre, luego de algunos minutos de estar sentada en la cama, se levantó y buscó un galón lleno de agua que había en una esquina de la casa para luego salir al baño y asearse.
Luego de salir del baño, Emely se puso algo de ropa y revisó el desayuno que su madre Nathy le había dejado sobre la mesa, al ver que no era algo que le apetecía mucho, volvió a salir para arrojar la mitad del desayuno por un pequeño precipicio que daba a una cañada de basura que había justo en el pequeño patio trasero de la casa. Así transcurrió toda la mañana, la niña sola al cuidado de los vecinos esperando a que den las 12 del medio día para almorzar y luego prepararse para ir a la escuela.
Dan las 12:00 p.m y Pablo llega a la casa con algo de comida en platos desechables, así era todos los días de lunes a sábado, ésto era porque el trabajo de Nathy era de 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Pablo entra a la casa la mira sonríe, se sienta en una silla plástica luego que estaba detrás de una de las cortinas.
-Emely, ven... Le dice con un tono sutil a la pequeña niña que ya estaba empezando a asustarse porque ya sabía cuales eran las intenciones.
Pablo desabrocha su cinturón y le pide a Emely poniendo una mano en su cabeza que se arrodille frente a él, ella hace lo que el le pide.
-Te gusta?... Pregunta Pablo a Emely la cual no puede hablar porque lo que está haciendo en ese momento se lo impide, por lo que sólo asiente despacio con la cabeza.
Uno o dos minutos después Pablo se agita diciendo con placer y algo de desesperación.
-Siiii!.... Cómo una bestia en celo satisfaciendo sus hacias sexuales.
Al terminar y luego de depositar en la boca de aquel pequeño ángel inocente todo lo que su parte reproductora expulsó, con gran descaro y cinismo le dice en forma de burla a la pobre criatura.
-Bebelo!... Te hace bien!... Eso es proteína.
Emely no pudo con las náusea que le provocó aquel líquido en su boca y vomitó.
-Si le dices a alguien, te mato!.. Te mataré y luego mataré a Nathy..... Le dijo en forma de amenaza a Emely.
Luego de abrocharse el pantalón y de que Emely se limpiara la boca, el saca de la bolsa de plástico lo que había traído para comer.
- Mira lo que te traje... Le dice a Emely invitándola a comer.
Emely sacó fuerzas de dónde no tenía para poder comer su comida, ella tenía que terminar a tiempo para que no se le hiciera tarde y poder ir a la escuela. Minutos después terminó de almorzar, tomó su mochila y salió lo más rápido que pudo de la casa. Llegar a la escuela era para Emely llegar a ese lugar dónde nadie la dañaba, un lugar de paz y aunque no tenía amigos ya que era una niña solitaria, se sentía en paz esas horas que pasaba en la escuela. Dieron las 5 de la tarde y la campana de la escuela sonó avisando como todos los días de lunes a viernes que el horario de clase había concluido.
Al llegar a casa, Emely recordó que el día anterior la habían castigado por no haber lavado los platos así que se quitó el uniforme, se puso otra ropa y se puso a lavar los platos. Dan las 6:50 p.m y Nathy llega a casa.
-Bendición ma'.... Le dice Emely como forma de saludo a su madre.
- Dios te bendiga.... Responde Nathy.
-Lavaste los platos?....
- Sí.... Responde Emely
- Muy bien.....
En ese momento Nathy sale corriendo hacia el baño porque se sintió mareada y con unas náuseas terribles, tanto que no pudo contener el vómito. Emely no entiende que pasa y sólo se queda en la casa.
Luego de volver del baño, Nathy se recuesta en la cama un rato para descansar y más tarde poder incorporarse para hacer de cenar. Hora y media después llega Pablo llega a la casa, entra besa a Nathy y coloca sobre la mesa una bolsa plástica con algunas libras de carne dentro. Pablo es amante de las carnes, especialmente cerdo y si es frito mucho mejor, es un hombre de algunas 300 libras y algo más, aún no se sabe cuales atributos veía Nathy en el, ya que a parte de que era un hombre obeso no tenía ningún encanto o alguna característica que pudiera atraer a una mujer. En fin, aún así ella lo amaba.
-Pablo, tengo que ir al medico, ya llevo varias semanas sintiéndome rara y hoy me tuve que ir corriendo al baño a vómitar... Le dice Nathy a Pablo.
-Está bien amor.... Le responde con ternura Pablo a Nathy.
Una hora después, los tres comienzan a cenar.
-Cuando terminemos, buscas tu tarea y me la muestras para hacerla juntas tu y yo.... Le dice Nathy a Emely.
-Sí, está bien!... La maestra me dijo que debo leer el cuento de la página #4.
-Entonces cuando termines busca el libro para ayudarte....
Luego de terminar la cena, Emely busca el libro que contenía la tarea asignada y se lo entrega a Nathy para que ella le ayude con la lectura ya que Emely estaba a penas aprendiendo a leer. Se sientan en la mesa, abren el libro y buscan la página con el contenido. Abren la página y lo que se observa es un cuento con ilustraciones muy bonitas, el nombre del cuento era "El viaje de la gota de agua".
-Voy a leer yo primero, escucha bien y luego repite.... Le instruye Nathy a Emely.
-está bien!... Responde Emely.
Y comienza la lectura.
-Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Ahora tú... Le pide a Emely.
-Blan-ca y Crissstal, eran, dos, go---tas, de, agua.... Lee Emely.
-Sigue... Dice Nathy a Emely.
-Se me olvidó!... Con un poco de nervios exclama Emely.
-Que vivían en la misma nuve junto a otras miles de gotas.... Dice ahí le dijo Nathy mirándola a los ojos, lo que hizo poner un poco más nerviosa a Emely.
-Ahora dilo tú, léelo Emely.
-Que...... Vivían, juntas, en......... En..... Que vivían juntas, en.... No sé!.... Más nerviosa aún dijo Emely.
-Una vez más, no me hagas perder la paciencia.... Nathy que comenzaba a enojarse.
-Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Blanca y Cristal, eran dos, goootaas de, agua...... Que..... viven.
-Vivían!.... Interrumpió Nathy para corregir a Emely.
-Que vivían, juunntas, en uuunnnn.
-Emely, así no es que dice ahí, estoy perdiendo la paciencia.... Dijo con un tono de voz más alto que anteriormente. Nathy se pone de pie y va en busca del cable de la televisión con el que le había pegado el día anterior y luego lo coloca sobre la mesa al lado del libro.
-Yo voy a ver ahora si leerás bien.... Le dijo con insinuación de amenaza.
-Una vez más, Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Blanca y Cristal..... Eran, dos gotas.... De.... A-gua, que...... que..... Los nervios no permitieron que Emely continuara la lectura, estaba tan nerviosa al ver el cable en la mesa que su lengua estaba anestesiada y sus ojos comenzaron a humedecerse.
-Sigue!... Le pide Nathy a Emely
-Dos go-tas de... Agua.... que.... que... que viven..... De repente casi sin haberlo visto llegar sintió sobre su hombro izquierdo un azote caliente, picante y doloroso que le fue propinado por Nathy en ese instante.
-Ayyyy!... Ayyy!... No!.... Gritó de dolor la niña.
Pablo que se encontraba ahí en la pequeña sala viendo el partido de Baseball, las miró y sólo aumentó un poco el volumen de la TV.
-Sigue leyendo y si te vuelves a equivocar, ya sabes!..... Con voz amenazante dijo Nathy.
-Blanca y Clara.... Eran dos gotas, de, agua..... que.... que.... Aún más nerviosa y asustada seguía fallando Emely.
-Vas a seguír?... Preguntó Nathy que se paró de la mesa para ir en busca de otro objeto con el cual golpear a Emely. Busca entre los utensilios de cocina y escoge un objeto que tenía como agarradera un mango de madera, lo toma y se dirige a la mesa, se sienta y lo coloca en el mismo lugar dónde había puesto el cable.
-Ahora sí!... Vamor a ver si no vas a aprender a leer.... Con voz tenebrosa dijo Nathy mientras Emely seguía llorando.
C4. Te duele?
Que esperas?... Le gritó Nathy con ira a la niña.
La mirada de la pobre Emely fue nublada por las lágrimas que no dejaban de caer sobre las letras que aquella página del cuento.
Pero la niña asustada por haber visto lo que su madre le puso al frente para pegarle, la puso más nerviosa, el objeto era un enorme y largo cucharón, ese que usaba para casar de la olla los guisantes. Pensó que si por lo menos hacía el intento de leer siquiera una línea, su madre tendría piedad de ella, así que hizo un esfuerzo e intentó leer el párrafo.
-Blan-ca... Y Criss-ta-all...
-Sigue... Sugirió Nathy
-Eran..... Emely no podía continuar definitivamente, estaba muy nerviosa y asustada, temblaba.
-Si-gue!... Dijo Nathy con su mirada amenazante, pero la niña estaba prácticamente muda y no paraba de llorar.
En ese momento, la ira y la rabia se apoderó nuevamente de Nathy y le pegó tan fuerte a Emely en el centro de su pequeña cabeza, que la niña sintió cómo si hubiera caído sobre ella una campana.
-Ay, Ay, ay, ay, ay.... Ya ma', no me pegues más.... Auchhh, me duele mucho mi cabecita. Entre llantos decía Emely mientras su madre Nathy le gritaba.
-Lee!... Te dije... Lee... Vas a seguir leyendo mal?….. Eh?... Pegando le otra vez sólo que en ésta ocasión, la niña cubrió con sus manos su cabeza y el golpe del cucharón dio a parar en sus dedos, dejando herida una de sus uñas tiñendo la de negro por el ematoma.
-Sigue leyendo burra.... Le dijo con rabia Nathy a Emely.
-Blan-ca y Cristal... Eran.... Leía Emely entre llanto queja.
-Sigue.... Le pide Nathy.
Emely le seca el rostro con sus manos y hace el mayor esfuerzo para poder leer bien y así no ser maltratada más.
-Eran, dos, gotaasss.. De, agua, que... Que... Aterrorizada mira a Nathy y recuerda que si se equivoca será golpeada más fuerte.
-Que, vivían... En la, misma nuuuube, junto, a, otras,.... Otras... Miles, de, go---tas... Más.
En ese momento como de la nada surgió un silencio, Nathy mira detenidamente a Emely y Emely mira a Nathy mucho más nerviosa que antes, preguntándose si logró leer bien o no, esperando el próximo golpe por parte de Nathy.
-Ohhh!... Que milagro, aprendiste.... Le dijo Nathy con una irónica sonrisa, mientras Emely no podía creer que lo logró.
Nathy siguió leyendo para que Emely repitiera sus palabras y en todo ese rato, Emely falló muy poco.
Cuando terminaron de leer, Nathy le pide a Emely que busque la toalla, el cántaro y el jabón para que saliera al baño a ducharse porque ya era hora de dormir. Emely obedece y sale al baño para bañarse.
Al salir de la casa, una de sus vecinas estaba en el frente de su casa, que dicho frente quedaba a unos pocos metros de la puerta del baño, Analia se llamaba esa vecina. Analia se queda mirando a Emely mientras se dirigía al baño, la mira con algo de pena pues escuchó que le habían pegado. Mirándola con lástima desde la puerta de su casa le dice.
-Buenas noches Emely.
Emely con los ojos aún húmedos y con tristeza en su voz responde.
-Buenas noches Analia.
Bajando su mirada sigue y entra al baño. Al entrar, se percata de que no llevó nada con que alumbrar el baño, pero tenía miedo de volver a la casa y decir que se le olvidó, así que decidió bañarse a oscuras sólo con un pequeño reflejo de las luces de las casa que rodeaban el pequeño baño, sin importar qué podría encontrarse con alguna cucaracha ya que en ese lugar abundaban, ella decidió quedarse ahí dentro en esas condiciones.
Al tomar el cántaro lleno de agua, ella sintió el dolor en las manos que le habían dejado aquellos golpes. Soltó el cántaro dejando caer toda el agua y se pegó de la pared humeda y pegajosa para poder desahogarse llorando sin parar.
Algunos minutos después, Emely termina de bañarse así que sale del baño. Llega a la casa y ve que a Pablo con la toalla en las manos.
-Dame el cántaro... Le pide a Emely.
Emely accede a darle el cántaro, Pablo se va y ella empieza a ponerse su ropa de dormir para luego preparar su cama.
Nathy: Déjame ver.
Emely: Que?
Nathy: La mano.
Emely con tristeza muestra la mano para que Nathy pueda ver el ematoma que le provocó en una de sus uñas.
Nathy: Te duele?
Emely asiente con la cabeza.
Nathy buscó en una caja llena de cosas una pomada que tenía, al parecer para éste tipo de daños y se la aplica en la uña y varias partes afectadas de las manos.
Nathy: Acuéstate.
Emely se acuesta de lado volteada hacia la pared.
Emely: Bendicion ma'.
Nathy: Dios te bendiga.
Minutos después, Pablo llega a la casa y le da el cántaro con el jabón a Nathy para que se fuera a bañar. Nathy salió al baño, pero Emely aún no se había dormido, sólo que cómo le daba miedo saber que estaba sola en la casa con Pablo, prefirió fingir que dormía pero fue en vano porque Pablo no dudo en aprovechar que estaban a solas para tocar y apretar con lujuria los pequeños glúteos de Emely.
Acariciaba con desenfreno los glúteos de la niña, se quitó la toalla frente a ella y como estaba totalmente desnudo empezó a tocar su parte íntima, volteó a Emely hacia el y se dio cuenta de que estaba despierta.
Pablo: Sshhh!... Cómo sugerencia de que no hiciera ruido le susurró a la niña mientras seguía tocándose. Emely no sabía que hacer, era repugnante ver aquel asqueroso hombre gordo y feo haciendo esas repugnantes cosas frente a ella, pero para suerte de la pequeña niña, Pablo no podía terminar, ya que si terminaba podría ensusiar las sábanas y quizás parte del piso, cosa que no era de su conveniencia porque cuando Nathy llegara podría sospechar. Así que aplaco su lujuria y le pidió a Emely que volviera a dormir para el poder ponerse su ropa de dormir.
Nathy llegó a la casa, cerró la puerta, se puso su bata y se acostó junto a Pablo.
C5. Tendrás un hermanito.
El día siguiente era Viernes, Nathy se levanta una hora más tarde, justo a la misma hora que Pablo, esto fue porque Nathy había perdido permiso para ir al médico y fue justamente para esos dos días, Viernes y Sábado.
Nathy despierta a Emely para que asearse y luego acompañarla al médico. Cuando Emely fue despertada, lo primero que vio fue a Pablo que salía de la casa, sintió un alivio tan grande en su pecho porque ella sabía que por lo menos esa mañana y la siguiente no sería abusada por el.
Salió de la cama, la guardo, salió al baño para asearse y se puso ropa para acompañar a su madre a hacerse sus análisis médicos. Al salir de la casa, Emely se encontró en el patio que queda entre el baño y la casa de su vecina Juanita (una señora de 80 años) madre de Analia, que estaba ahí barriendo el frente de su casa como todas las mañanas.
Emely: Buenos días Juanita.
Juanita: Buenos días Emely.
Emely sigue caminando hacia el baño y entra, luego sale Analia con una taza de café y al ver que era Emely quien acabó de entrar al baño le dice a su madre.
Analia: A esa niña le dan muchos golpes, anoche escuche cómo le pegaban porque no podía leer bien.
Juanita: Esa gente son unos animales, yo no sé como es que hay gente así.
Analia: Pero es Nathy que la maltrata, por lo menos Pablo es un hombre de trabajo, pero ella es una bruta.
Juanita: Bueno!.... Exclamó.
Emely sale del baño unos minutos después y entra a su casa para vestirse y poder ir con su madre al médico. Nathy ya se había levantado y por lo tanto ya estaba lista, así que buscaba unos documentos en un cajón, mientra Emely se vestía.
Nathy: Apúrate que quiero coger un turno bajito, ahí hay pan con chocolate, termina de ponerte ropa para que desayunes.
Emely: Está bien.
Emely se viste y luego toma el chocolate con el pan y empieza a desayunar.
Nathy: Apúrate.
Emely come rápido su desayuno y unos minutos después, avisa a Nathy que ya terminó. Ambas salen de la casa y se dirigen al camino que las llevan fuera del largo callejón donde estaba situada la casita. Juanita y Amalia que aún seguían en el patio, se quedan mirando fijamente a Nathy y Emely marcharse.
Analia: Y que habrá pasado que hoy Nathy no fue a trabajar?
Juanita: Quién sabe, por lo menos hoy no la dejaron sola.
Analia: Ah!... Eso sí.
Dos horas después, Nathy y Emely llegan a su destino, llegaron a la clínica dónde Nathy siempre se atendía, también atendía ahí a sus hijos Emely y Randy y ésto sin ningún costo ya que el dueño de esa clínica es el esposo de una prima lejana de Nathy, el y su esposa eran los dueños de ese lugar, ella era pediatra y el ginecólogo. Nathy salió a los 13 años de su pueblo natal, tenía problemas en sus ovarios y en aquel tiempo su pueblo no tenía la capacidad de atender esos problemas de salud, así que llegó a vivir con uno de sus hermanos mientras buscaba empleo para poder atender sus problemas. Sólo que su estancia ahí en aquella casa, no fue muy buena, dormía en el suelo dónde cada noche las ratas se paseaban libremente y cuando llovía todo el piso se inundaba por lo que tenía en muchas ocasiones que subirse a una silla para terminar de pasar la noche. Para justificar su presencia en aquella casa, Nathy tenía que hacer la limpieza, meses después terminó mudándose a otra casa con otro de sus hermanos quien vivía con su esposa y su hijastra, lo que fue otra estancia insufrible, pues la hijastra de su hermano junto a su madre, le hicieron la vida imposible y no sólo debía limpiar todo, si no que hasta llegaron a acusarla de ladrona debido a que ahí también vivía un cuñado de su hermano adicto al juego, la esposa de su hermano no podía delatar a su hermano frente a su esposo (el hermano de Nathy) así que cada dinero que se desaparecía en la casa, ella hacia ver a Nathy cómo sospechosa. Nathy no tuvo más remedio que salir de ahí pocos meses después de conocer a Edwardo y darle un tiempo después a su primera hija quien falleció antes de que naciera Emely.
Tiempo después algunos pocos años más tarde, Nathy se separó de Edwardo, para ese entonces ya Emely había nacido, Nathy se fue a vivir con el padre de Randy y al separarse de él y enviar a sus hijos a vivir temporalmente con sus abuelas paternas, fue en busca de empleo y quienes la recibieron con los brazos abiertos fueron ésta pareja de doctores, la doctora Lucía y el doctor Tejeda, quienes también intervinieron todas las veces que fueron necesarias sin ningún costo, para remediar los problemas de salud de Nathy.
Algunos minutos después en la sala de espera de aquella clínica, sale del consultorio un señor con una bata médica y se dirige a Nathy con una sonrisa.
Doctor Tejeda: Hola Nathy, cómo estás?
Nathy: Bien y usted?.. Y su esposa?
Doctor Tejada: Estámos bien también.... Esa es Emely?.... Que grande está.
Mira con una sonrisa de amabilidad a Emely y la saluda.
Doctor Tejeda: Hola linda.
Emely: Hola.
El doctor Tejeda mira a su secretaria y pregunta quién es su siguiente paciente, para poder cambiar su turno por el de Nathy y hacerla pasar antes.
Doctor Tejeda: Ven conmigo Nathy.
Nathy le ordena a Emely que se quede en la sala de espera y pasa al consultorio para hacerse su chequeo médico.
Nathy: Emely espérame aquí.
Emely: está bien ma'.
Mily la secretaria del doctor, le busca unas revistas viejas y un lápiz a Emely, para que ella pueda entretenerse mientras su madre es atendida.
Minutos después, el doctor Tejeda y Nathy salen del consultorio, Nathy tiene unas indicaciones en las manos y el doctor Tejeda se dirige a Mily su secretaria.
Doctor Tejeda: Mily, yo le hice una revisión a Nathy, me parece que está embarazada pero necesito que se le sean tomadas unas muestras de sangre y orina para confirmar y saber de cuanto tiempo es el embarazo, hazme el favor tomale el peso y luego ve con ella al segundo piso para que se les sean tomadas las muestras de inmediato. Nathy y Mily entran a un cuartito donde tienen una báscula Mientras Emely sigue en la sala de espera. Una vez tomado el peso de Nathy, ella va a la sala de espera espera dónde está Emely.
Nathy: Emely quieres venir con nosotras al segundo piso o quieres quedarte aquí?
Emely, que aún está dibujando sobre la revista le responde.
Emely: Yo me quiero quedar aquí.
Nathy: Está bien.
Así que Nathy y Mily van al segundo piso. En la sala de espera, minutos van y minutos vienen mientras Emely dibuja bigotes en las caras de las modelos que estaban ilustradas en las revistas. Pasó un largo rato y vio que su madre volvió del segundo piso con Mily y unos papeles en las manos, súbito Mily la envió al consultorio del doctor Tejeda. Emely cerró las páginas de las revistas porque vio a su madre muy extraña así que devolvió a Mily las revistas y el lápiz, para esperar a que Nathy saliera del consultorio.
Nathy salió minutos después del consultorio y se dirigió a dónde estaba Emely para darle con una gran sonrisa y una cara de alegría la gran noticia.
Nathy: Tendrás un hermanito....
Emely no pudo creer lo que escuchó en ése momento, sintió algo extraño en la boca del estómago, sintió nervios y escalofríos y aunque èste sería su segundo hermanito para ella era algo nuevo y grande, así que no pudo evitar dejar salir su sonrisa de alegría.
Dieron las 12 del medio día y a Nathy se le ocurrió pasar por la carnicería dónde trabajaba Pablo para darle la noticia, ya que estaba muy ansiosa por decirle sobre su embarazo.
C6. Que quieres que te compre?
Nathy y Emely llegaron a un mercado en dónde se encontraba la carnicería de Pablo, entran y saludan a varios conocidos antes de llegar a dónde se encontraba Pablo. Una vez que llegaron a la carnicería, se detuvieron Emely y Nathy frente al mostrador y esperaron a que Pablo terminara de rebanar un filete de res para venderlo a una señora que se encontraba en el lugar. Aquel lugar era todo un circo de pregoneros, desde los clientes hasta los dueños de los puestos de fruta, vegetales, carne, arroz, etcétera, parecían personajes salidos de una obra de teatro. Pablo termina de despachar a la señora y sale del mostrador para darle un beso a Nathy, ella le correspondió sin dudar aún viéndolo todo sucio de sangre y restos de huesos de animales que estaban pegados junto a algunos pequeños trozos de carne y órganos a su delatar.
Pablo: Que te dijeron?
Nathy: Que estoy embarazada, tengo tres meses de embarazo.
La emoción no cabía en Pablo, iba a ser papá por primera vez. Pablo no tenía hijos y era la segunda vez que compartía su vida con alguien, el sólo para ese entonces tenía 35 años y lo más cercano a un hijo que tenía era el hijo de su primera mujer, el niño murió por descuidos de su madre ya que antes de morir por causas de apendicitis, le había dicho a su madre que sentía un fuerte dolor y ella sólo le dio un analgésico.
Pablo: Que quieres hacer?.... Que quieres comer?
Nathy: Yo quería comprar algo de comida ya hecha, dejar a Emely en la casa mientras voy a buscar a Randy para que esté con nosotros este fin de semana.
Pablo: Sí, que quieres que te compre?
Nathy: lo que sea, te parece si voy a dónde los chinos?
Pablo: Sí, está bien.
Pablo saca del cajón dónde tenía dinero y saca unas monedas y unas papeletas, luego mira hacia la multitud para buscar a un muchacho llamado Julito, quien era uno de los que se ganaban la vida haciendo mandados y cargando cajas de frutas para los mercaderos. Pablo alcanza a verlo y enseguida lo llama.
Pablo: Hey!.... Julito.
Julito se acerca, saluda a Nathy y a Emely para luego dirigirse a Pablo.
Julito: Dime.
Pablo: Ve dónde los chinos y tráeme tres servicios de Show Fan.
Pablo le da el dinero a Julito y se retira.
Pablo: Y te recetaron algo?
Emely: Sí, tengo las recetas.
Pablo: Ay Emely tendrás un hermanito.
Le dice mirándo a Emely con una cara graciosa le dice. Emely lo mira y sonríe un poco asintiendo con la cabeza.
Unos minutos después llega Julito con la comida, le da el dinero que sobra a Pablo luego de haber tomado su parte por haber hecho el mandado. Pablo consigue tres sillas que había en el lugar para que pudieran comer sentados, aunque el lugar estaba lleno de sangre y animales descuartizados por doquier, esto no fue impedimento para que pudieran comer, pues Pablo estaba acostumbrado, Emely y Nathy tenían hambre. Luego de haber comido Nathy se despide de Pablo y le pide que lleve a Emely a casa, pues Pablo todos los días se tomaba dos horas de reposo en casa y luego volvía a la carnicería hasta el cierre.
Pablo: Cierro y luego nos vamos, tienes dinero para el pasaje?
Nathy: Tengo, pero dame un poco más porque creo que no me alcanza para traer a Randy.
Pablo accede a buscar un poco más de dinero de la caja y se lo entrega a Nathy.
Antes de retirarse, Nathy le pidió a Emely que mientras ella no estuviera en casa se encargara de lavar los platos que habían quedado sucios del desayuno y que no hiciera desorden. Nathy se marcha y Pablo empieza a cerrar la carnicería para luego irse a casa con Emely. Termina de cerrar, la toma de las manos y se retiran a la puerta del mercado para irse del lugar.
Al llegar a casa, Emely no quería entrar porque estar a solas con Pablo significaba para ella algo tan terrible como sufrir las quemaduras del mismo infierno, debido a todas esas cosas horrorosas que le hacia aquel enfermo y desquiciado hombre. Así que como un regalo del destino, en ese instante pasa su salvación en frente de la casa, dicha salvación era Jesenia, la hijastra del Padre de Pablo quien vivía a unos 200 metros de su casa.
Jesenia: Hola Emely.
Emely: Hola Jesenia.
Emely pensó que si le pedía a Pablo que la dejara ir a casa de Jesenia para jugar, el no se opondría quizás, así que no perdió el tiempo y se dirigió hacia el.
Emely: Pablo, puedo ir a jugar a casa de Jesenia?
Pablo mira a Jesenia a quien a la vez saluda, luego mira a Emely y se queda algo pensativo antes de dar una respuesta. Pablo no quería que nadie sospechara de lo que sucedía cuando el y Emely se quedaban solos, así que no tuvo otra opción que dejarla ir.
Pablo: Está bien!... recuerda que tienes que hacer lo que Nathy te pidió antes de que llegue.
Emely: Sólo será una hora.
Pablo: Te dejaré las llaves en casa de Analia.
Emely se retira con Jesenia y Pablo se queda en casa.
C7. Quieres jugar conmigo?
Mientras Emely se aleja de casa junto a Jesenia, iban conversando.
Jesenia: Dónde estabas?... Porque no te enviaron a la escuela.
Emely: Estaba acompañando a mi mamá al medico.
Jesenia: Que tiene?
Emely: Está embarazada.
Jesenia: Tendrás un hermanito, estás contenta?
Emely: Sí, mucho.
Jesenia: Que bueno.
Llegan a patio de la casa de Jesenia. Jesenia vivía con su padrastro Confesor quien era el padre de Pablo, con su hermano pequeño de 4 años Wellington que era hijo de Confesor y su madre Liselot. Ellos no estaban en casa ese día, Liselot habría salido con Wellington y Confesor estaba trabajando, el también tenía una carnicería justo al lado de la que tenía su hijo Pablo. Ellos eran una familia de carniceros, Pablo, dos hermanos suyos llamados Kevin y Roberto de los cuales sólo Kevin era hermano por parte de padre y madre de Pablo porque Roberto era hijo de otro hombre.
Jesenia invita a pasar a Emely para brindarle agua ya que ella se la había pedido.
Jesenia: Aquí tienes.
Emely: Gracias Jeseia.
Jesenia: Quieres jugar conmigo?
Emely: Sí, dónde están tus juguetes?
Jesenia: Están guardados ahora los saco.... Tengo una pelota, juegos de cocina, muñecas, mi mamá me compró de todo, pero yo tengo una buena idea.
Emely: Que idea?
Jesenia: Podríamos jugar al papá y la mamá.
Emely: Al papà y la mamá?
Jesenia: Sí.
Emely: Cómo?... Si solo somos tu y yo que somos hembras, no hay un varón aquí Jesenia.
Jesenia: No hace falta que haya un varón aquí, yo puedo ser el papá y tú la mamá. Sobre el armario de mi mamá están mis muñecas, ellas podrían ser nuestras hijas....
Emely: No sé.
Jesenia: Quieres ser el papá tú entonces?
Emely: No, no es eso.
Jesenia: Entonces?
Emely que era tan inocente accedió a jugar con Jesenia.
Emely: Está bien, yo seré la mamá.
Jesenia fue a la habitación por sus juguetes, estaban dentro de un gran saco y los sacó a todos de ahí, los ordenó y empezaron a jugar. Jugaron a darle comida a sus imaginarios bebés y al llegar la ficticia noche.
Jesenia: Llegó la noche, es hora de irnos a dormir.
Emely: Está bien, yo acuesto a los niños.
Jesenia: No tardes.
Emely acuesta a las muñecas en sus camitas que le había hecho con cajas y algo de tela, al terminar se dirigió a la habitación de Jesenia quien se había cambiado de ropa y se había puesto una bata de dormir. Al entra a la habitación, Emely miró a todas partes, pudo ver que no había luz eléctrica y lo único que alumbraba un poco la habitación eran las rendijas de la ventana, pudo ver que Jesenia estaba en la cama con su bata puesta.
Jesenia: Ven amor, acuéstate conmigo.
Emely se acostó al lado de Jesenia. Se volteó de lado para ignorar a Jesenia, ya que era sólo un juego, pero Jesenia la volteó hasta que quedó boca arriba. Jesenia comenzó a acariciar el hombro de la pequeña Emely mientras la miraba, la pobre niña se sentía tan extraña y su corazón empezó a acelerarse poco a poco. Luego de acariciar su hombro y de una manera sutil y casi inesperada, Jesenia traslado su mano al pecho de Emely frotando lentamente sus pequeños pezones, trasladó muy despacio su mano hacia el vientre de Emely para acariciar aquella parte hasta seguir el recorrido y llegar a su pubis y frotar continuamente. Jesenia era una niña de 12 años y aunque aún era pequeña, sabía que lo que estaba haciendo no era nada bueno. Era sólo un juego le había dicho Jesenia a Emely que no quería seguir jugando, pero ella insistió y prácticamente la obligó a seguir el juego, tomando la mano de Emely y dirigiendola hacia su pubis, pero cuando Emely tocó involuntariamente el pubis de Jesenia, se percató de que ella no tenía ropa interior y se asustó tanto. Emely entendió que no era un simple juego de niñas, sintió que estaba haciendo otra vez abusada, recordó todo lo que Pablo le hacía y la sensación de asco se apoderó de ella, entonces pudo levantarse rápido de aquella cama y luego salió de la casa para dirigirse al patio y poder escapar.
Mientras Emely salía de casa de Jesenia aterrorizada, Pablo estaba ya saliendo de casa para volver al trabajo, cómo era acordado tenía que dejar la llave en casa de Analia, pero ella no estaba.
Un poco preocupado, pensó que era mejor si se llevaba la llave, ya que Emely prometió volver a tiempo para lavar los platos y arreglar la casa antes de que Nathy llegara, entonces, se llevó la llave y dejó la puerta medio abierta, cerrada pero sin candado.
Trasladándose a casa, Emely se encontró en el camino con Nikaury, una niña de su misma edad que iba acompañada de su madre Lourdes quien era la esposa del jefe de Nathy que vivían justo al lado de Jesenia.
Nikaury: Hola Emely.
Lourdes: Hola Emely.
Emely: Hola.
Lourdes: No fuiste a la escuela hoy... Por que?
Emely: Estaba en el médico con mi mamá, ella está embarazada.
Lourdes: Que buena noticia.... Y Nathy está en casa?... Me gustaría felicitarla.
Emely: No, ella no está.
Lourdes: Estonces estás sola.
Emely: Sí.
Lourdes: Pues si quieres ven a casa con nosotras, puedes jugar con Nikaury mientras preparo la merienda.
Emely pensó en lo que acababa de suceder con Jesenia y sintió algo de duda al responder, pero también pensó que estando en presencia de un adulto, nada le podría suceder y no quería hacerle el desaire a la señora así que acepto.
Mientras Emely se dirigía a casa de Lourdes y Nikaury junto a ellas, en el patio de su casa se encontraban pablito, un niño de 5 años quien era hijo de Analia y Juan otro niño de 6 años quien era hijo de Pedro hermano de Analia. Se encontraban jugando al baseball pero hubo un pequeño desacuerdo entre ellos en ese instante por lo que comenzaron a pelear hasta llegar a la puerta de la casa de Emely.
Pablito: Juan, tu me hiciste trampas, tamposo, no jugaré más contigo, estoy muy enojado.
Le gritó cuando lo empujó hacia la puerta y de golpe se abrió completamente. Pablito y Juan se retiraron asustados pensando que había alguien dentro y lo habían molestando, así que corrieron rápido y se retiraron de ahí dejando totalmente habierta la puerta.
El reloj seguía andando mientras Emely jugaba muy a gusto con Nikaury, comiendo a la vez la merienda Emely se perdió en las horas, de su memoria se había borrado que tenía que lavar los platos y ordenar la casa antes de que Nathy llegara, pero la tranquilidad y la calma que sentía la pequeña era tanta, que olvidó por completo que tenía que ir a casa. Se hizo un poco oscura la tarde, casi de noche cuando una mujer junto a una niña de doce años al lado llegó a la puerta, Emely no pudo darse cuenta de que en la puerta había alguien hasta que la mujer que estaba en la puerta habló.
Nathy: Saludos!
Era Nathy que al llegar a la casa y encontrarla abierta totalmente y ver que los platos aun no estaban limpios, ni la casa en orden y más aún que Emely no estaba ahí, se lleno de ira y salió a buscarla hasta encontrarse en el camino con Jesenia quien la llevó a casa de Lourdes.
Lourdes: Hola Nathy... Me dijo Emely que estás embarazada.
Mientras las dos mujeres hablaban, Emely sintió como se adormecieron los pies y lentamente les empezaron a temblar las rodillas, ver a Nathy parada en la puerta era peor que ver al mismo diablo. Emely no sabía que hacer, quería decirle a la señora Lourdes "por favor señora, no deje que me lleve a casa", pero no pudo.
Nathy: Emely vamos a casa.
Emely le dio las gracias a la señora Lourdes por haberla invitado a su casa y de paso se despidió de Nikaury con una pequeña sonrisa y los ojos humedecidos. Cuando salió por la puerta y ya alejándose de la casa, Nathy tomó tan fuerte su mano apretando sus dedos que sentía cómo sus huesos su fueran a romper.
Emely: Auuchh.
Nathy: Tu y yo vamos a hablar cuando lleguemos a casa.
Le dijo con un tono amenazante a la pequeña Emely mientras se alejaban y dejaban a Jesenia atrás quien reía de burla al escuchar que posiblemente Emely sería castigada esa noche.
Finalmente ambas llegaron a casa y ahí estaban Pablo y Randy. Emely no quería entrar a su casa porque sabía lo que le esperaba, pero Nathy tomó su pelo por unas de sus rústicas trenzas y la arrojó dentro de la casa como si fuera una bolsa de basura tomando enseguida un objeto en sus manos.
C8. Ya hermanita, ya pasó.
Nathy: Yo me levanté hoy sin poder porque estaba cansada, tenía toda la semana matándome como una burra de sol a sol, y tú no eres capaz ni siquiera de lavar tres malditos platos y me dejas la casa abierta de par en par, tu quieres matarme con todo y barriga es?.....
Le gritaba Nathy con furia mientras le pegaba a Emely con un cable eléctrico.
Emely: Ya ma'!..... Perdón, no me pegues.... Me duele.
Le dijo la pequeña llorando desde el suelo, cubriendose con las manos, le hubiera gustado haber tenidos más manos para cubrir aquellas agresiones que dolían y quemaban tanto, sentía que sus manos y brazos se iban a despegar de tantos azotes, aquello parecía cómo uno de esos castigos que le imponían a los esclavos de hace unos siglos atrás.
Nathy: Te dije que lavaras los platos y que hiciste!..... Te fuiste a una casa ajena a comer cómo si aquí pasas hambre y me dejaste la casa habierta.
Emely: Aaaayyyy!.... Pablo dijo que dejaría la llave donde Analia.... Ay, ay, ay.... Me duele!... Ya!... Por favor.
Nathy seguía azotando a la niña.
Pablo al escuchar su nombre, se sintió indignado aunque el dejó la puerta sin candado, no admitió que tuvo algo de culpa en el hecho, por lo que dijo un poco incómodo.
Pablo: A mi no me metas en tu lío, tu debiste hacer lo que tu mamá te dijo que hicieras y no lo hiciste, yo no soy culpable de tu desobediencia Emely.
Randy se sentía incómodo de ver cómo azotaban a su hermana, no sabía que hacer y no entendía por qué le estaban pegando.
Pablo: Randy, quítate de ahí para que no te peguen a ti también.
Ranfy salió con una pequeña silla fuera de la casa para no seguir viendo como maltrataban a su hermana. Al salir de la casa, Randy vio a uno de los vecinos, éste vecino vivía justo al lado de la casa de Emely, vivían el y su esposa que también estaba embarazada. También en la vecindad se encontraba Analia a pocos metros con su madre Juanita quienes comenzaron a hablar en voz baja sobre lo que estaba sucediendo en casa de Emely.
Analia: Otra vez!... Me gustaría llamar la policía tal vez y los meten presos y les quitan a la niña.
Juanita: Mi hija eso da pena pero no podemos meternos en eso, a demás, por lo menos Pablo está ahí.
Analia: El es peor por permitirle a Nathy maltratar a la pobre niña.
Juanita: El es quien tiene que meterse, no nosotras.
Nathy continuaba azotando a Emely, pero ya era bastante por lo que Pablo tuvo que intervenir.
Pablo: Nathy, ya basta!
Nathy: Es que me tiene harta.
Pablo: Pero te puede hacer daño, a demás ya le diste su castigo.
Nathy suelta el cable eléctrico y se sienta en una silla plástica, mirando con enojo y cansancio a Emely diciendo.
Nathy: Tu me quieres ver muerta.
Emely: Ay no ma', no digas eso.
Dijo la niña llorando sin cesar, mientras Pablo busca un poco de agua para Nathy. Emely se quedó en un rincón llorando y mirando al techo cómo aquel que busca a Dios con desesperación, ella sólo quería saber que había hecho para pasar por tanto, esa era una de esas veces en las que quería salir corriendo de ese lugar sin detenerse e ir lejos, muy lejos de Pablo y Nathy, pero no podía, tenía mucho miedo, miedo a que fuera de ahí le sucedieran cosas peores.
Era ya la hora de preparar la cena y aunque en el lugar se sentía algo de tensión todavía, había que continuar con el proceso rutinario de todos los días, así que Nathy le pidió a Emely que fuera a comprar perte de lo que hacía falta para la cena.
Nathy: Mira tú, párate de ahí y ve a comprar algo.
Emely se para del rincón, se limpia las lágrimas y se dirige hacia Nathy para que ella le haga una lista de lo que necesitaba. Nathy mira a Emely y se da cuenta de que su pelo está desarreglado y procede a peinarla rápido reparando sus trenzas. Emely era una niña un poco subida de peso, piel morena y pelo crespo, tan crespo y largo, que no cualquiera podía peinar su cabellera. Nathy aún enojada hablaba el pelo de Emely, que estaba enredado porque minutos antes había sido tirado varias veces.
Emely: Ay!... Me estás halando duro.
Nathy: Cállate.
Terminó de arreglar su pelo y luego buscó papel y lápiz para hacer una lista. Mientras Nathy hacía la lista, Emely salió afuera para ver a Randy, no tuvo tiempo de saludar a su hermano a quien quería tanto. Ella se acercó a él para poder saludarlo, el no podía dejar de ver las marcas de los azotes en los brazos y las manos de Emely su hermana mayor y cómo un gesto de pena y compasión se paró de la pequeña silla e invitó a Emely a sentarse. Emely se sentó y luego Randy se sentó en sus piernas, tomó una de las manos llenas de marcas de Emely y se cubrió con ella el abdomen, recostandose sobre ella después diciendo.
Randy: Ya Hermanita, ya pasó!
Sale Nathy de la casa para entregarle el dinero a Emely junto a la lista.
Nathy: Toma, ve dónde Kiro.... Si quieres llévate a Randy.
Tomó Emely a Randy de la mano y se fue a comprar lo que le había pedido Nathy. Llegando al colmado (establecimiento dónde venden comestibles y otros productos), Emely se acerca al mostrador para darle la lista a Kiro ( el dueño del establecimiento) la lista de cosas que necesitaban en casa, al extender su mano para facilitarle la lista, Kiro pudo ver las marcas de los azotes, aquello parecía un mapa geográfico. El sabía perfectamente de que se trataban aquellas marcas.
Kiro: Que te pasó niña?
Emely: Nada.
Kiro un poco alarmado tomó el teléfono para hacer una llamada, mientras no dejaba de mirar a la niña toda marcada.
Kiro: Aló!... Sí, saludos!
C.9. Confías en mí?
Kiro: Estoy llamando porque quiero reportar un caso aquí en mi negocio.
Estará hablando con la policía?.... Pensó Emely algo nerviosa.
Kiro: Yo necesito que por favor me digan que pasará con el pedido que hice hace unas horas, pedí unos botellones de agua y aún ustedes no se dignan en llegar, mis clientes se están yendo a otro establecimiento a comprar agua porque aquí no hay, por favor dígame si llamo a otra parte o los espero, pero sean sinceros.
Los nervios de Emely desaparecieron, pues sus temores no eran sólo por la posibilidad de que la policía investigara lo que le hacían en su casa, sino porque ella tenía miedo de que su madre le pegara más si llegara a darse cuenta de que ella expuso su situación. La niña sólo estaba tratando de portarse bien para que no le pegaran más.
Kiro pone en una bolsa de plástico las cosas que estaban escritas en la lista y luego saca de la caja registradora algunas monedas que sobraban del dinero que le habían dado a Emely para comprar aquellas cosas. Emely toma la bolsa, el dinero sobrante y a Randy para irse a casa.
Llegaron a casa Emely y su hermano, le entrega el dinero y la bolsa a Nathy y ella continuo preparando la cena, mientras Pablo estaba viendo el juego de Baseball. Pablo era un fanático del juego de Baseball, todos los días antes de llegar a casa, se detenía en un lugar de apuestas para apostar dinero a sus equipos favoritos, eso era casi un vicio, que joya!.... Pedofilia y ludopatía. La cena estaba lista, Nathy llamó a Emely, Randy y Pablo a la mesa para que pudieran comer.
Emely toma su plato y al estirar los brazos para tomar el plato en sus manos, Nathy pudo observar las marcas que le había provocado, sintió un poco de lástima, volteo su rostro para disimular la humedad de sus ojos provocada por la pena que sentía de ver a su hija marcada. Volteó a la mesa y comenzó a comer la cena.
Luego de terminar la cena, Nathy comenzó a recoger los platos para luego lavarlos, Emely se para de la silla para ayudar como todas las noches a Nathy. Nathy cómo un gesto de consideración, impide que Emely la ayude con los platos.
Nathy: Está bien!... No tienes que ayudarme, ve y juega un poco con Randy.
Emely se retira y busca su pelota para luego jugar con Randy mientras Nathy lleva los platos a la mesa del patio trasero para lavarlos como de costumbre. El patio trasero era compartido con otra familia, una pareja de esposos Eduvides y Gennaro, sus hijos, Alberto (el mayor) Jeimy, Eimy y Wendy (la más pequeña con 5 años de edad) ellos eran familiares de Analia ya que Eduvides era hija de Juanita y por lo tanto hermana de Analia. En ese patio trasero habían dos mesas y varios tanques de agua que llenaban para tomar el agua con la que limpian las casas ambas familias. Nathy llevó los platos a una de las mesas para comenzar a lavarlos, desde la intimidad de aquel pequeño patio a Nathy comenzó a ser invadida por la melancolía y empezó a llorar lentamente, recordó tantas cosas de su pasado y le dio tanta pena recordar también esas veces que le pegaba a su hija marcandola. Sus lágrimas caían en la espuma con la que lavaba los platos.
Terminó de lavar los platos y se secó el resto, con los platos en las manos, Nathy se dirigió a la casa para guardarlos y en la entrada llamó a Emely que estaba jugando con Randy en el patio delantero de la casa.
Nathy: Emely, guarda la pelota y empieza a buscar el cántaro, el jabón y las toallas para que tu y Randy se bañen.
Emely: Está bien ma'.
Emely guarda su pelota y obedece a su madre.
Al día siguiente, eran las 9 de la mañana, Emely nunca había dormido tanto, ya que todos los días Pablo la despertaba temprano para hacerls pasar por aquellas atrocidades, pero ese día no tuvo la oportunidad así que la niña después de mucho tiempo durmió tan a gusto y hasta esa hora, Nathy la despierta para que se bañe y luego despertó a Randy para luego darles el desayuno. Ese día Nathy no fue a trabajar ya que había pedido viernes y sábado libres y por lo tanto tenía tres días libres en casa incluyendo el domingo que como de costumbre era libre.
Al terminar el desayuno, una hora después Nathy sale de la casa con Emely y Randy para ir a visitar a una persona que acabó de llegar del pueblo del que venía Nathy. Mientras se retiraban Analia y su madre Juanita se encontraban en la puerta de su casa.
Analia: Por fin!... Una mañana buena para esa pobre muchachita.
Juanita: Ay mija, deja de sufrir tanto por cosas que no tienen que ver contigo.
Analia: Es también curiosidad mamá, a mi nadie me quita de la cabeza que el tal Pablo ese no es de fiar. Un hombre que se queda tanto tiempo a solas con una niña que ni es suya, a demás su mirada no me dice nada bueno.
Juanita: A porque tu eres bruja ahora!
Analia: Por qué el tiene que cerrar la puerta cuando le lleva comida?
Juanita hace silencio y se queda mirando a Analia sin tener una sola idea de que responder.
Juanita: A Dios hay que dejarle todo hija mía, el se encarga de poner todo en su sitio.
Una hora más tarde, Nathy, Emely y Randy, llegan a una casa ubicada a unos kilómetros de dónde ellas vivían, la casa estaba justo detrás de un campo de fútbol que era también utilizado para jugar Baseball, la casa era más grande que la de Emely. Una mujer de unos 28 años abre la puerta, su rostro se torna alegre al ver a Emely ya que esta mujer sentía mucho aprecio por la pequeña.
María: Hola mi niña hermosa.
Emely: Bendición tía.
María era la mejor amiga de Nathy, ambas crecieron juntas en su pueblo natal, ambas llegaron juntas a la capital para hacer sus vidas pero siguieron en contacto siempre, eran cómo hermanas, Nathy veía a la Madre de María, Ani, como si fuera su madre, ya que la suya había muerto antes de que Emely naciera. María tenía dos hijos, Massiel de 5 años de edad y Freddy José de algunos meses, con ellos vivían el esposo de María, José y una de las hermanas de María llamada Flor de unos 20 años.
María invita a pasar a Nathy, Emely y Randy, los dirige a la cocina que era algo grande y pide que por favor se acomoden cómo gusten.
María: Emely, Randy, quieren una galleta de chocolate.
Sí!.... Dijeron los niños.
María le entrega un paquete pequeño de galletas a Randy y luego se dirige a Emely para entregarle el suyo. Al poner el paquete de galletas en las manos de la niña, fue inevitable ver las marcas en las manos y brazos de su querida Emely. No pudo contralar su enojo, pero se aguantó un poco hasta hacer que los niños salieran de la cocina.
María: Vayan a jugar con Massiel mientras yo hablo con su mami.
Los niños se retiraron y se fueron a jugar con Massiel la hija de maría al patio privado de la casa. Al los niños alejarse, María explotó y empezó a reclamar.
María: Que le hiciste a la niña?
Nathy: Le pegué.
María: Pero por que tienes que ser tan animal con la niña cuando la castigas?.... A ti no te criaron así.
Nathy: Tu no sabes todo lo que yo paso con ella María, no hables sin saber.
María: La dejas a solas todos los días, sí ella fuera una niña con un mal comportamiento hace tiempo que le hubiera prendido fuego a la casa. Tu crees que comertela a golpes y marcarla como a una vaca, estás haciendo bien?.... Pero eso no me sorprende de ti, porque antes de meterte con la tonelada de sebo esa a la que llamas marido, la dejabas sola también.
Nathy: Tu no sabes como me mato para mantenerla, si tanto te molesta pues manténla tu.
María: Damela y verás que no tendría ningún problema en mantenerla.
Nathy: Eso lo dices de la boca para afuera.
María: OH sí?..... Tu crees?... Maldita abusadora del diablo.
Nathy: Mira María, yo sólo vine a visitar a Ani, ya que ella no está mejor me voy.
María: Mi mamá no está, se fue con Flor al mercado... Te vas porque no te gusta que te digan tus verdades a la cara verdad?
Nathy: Di lo que tu quieras María, tu no sabes ni como se levanta Emely y mucho menos como se acuesta. Yo soy quien le da techo, ropa y comida, pero es muy fácil para ti hablar disparates sin saber, es muy fácil decir cosas de la boca para afuera sin siquiera imaginar que tan duro me gano la vida quemandome en el sol buscando a quien venderle flores plásticas para poder llevarle comida a Emely y más ahora que estoy embarazada. Tu no sabes como es mi vida, pero bien que te das el lujo de maldecir y opinar.
María:Ah!... Ahora estás embarazada?
Nathy: Sí, tengo tres meses de embarazo. Y aún así no dejaré de calcinarme en el sol para buscarle comida a mis hijos, porque ya serán tres los hijos que tendré que mantener, aunque Pablo me ayude con las cosas, tengo por obligación que hacerme cargo de todas las cosas de Randy también, porque su papá no se sabe dónde anda. Yo seré muy bruta corrigiendo a Emely, pero sólo en cama dejaré de trabajar por ella y aunque el cansancio y la falta de razonamiento me ciegue a veces, ella es mí hija.
Nathy se para de la mesa y se dirige a buscar a sus hijos Randy y Emely, María se dirige a ellos y mira fijamente al rostro de Emely desesperada.
María: Emely mírame.
Emely: Dime tía.
María: Que es todo lo que te hacen en casa?..... No te preocupes por tu mamá, ella no te hará nada enfrente de mí, yo te defenderé.
Emely mira con miedo a su madre Nathy y a su tía María.
María: Emely, confías en mí?
Emely asiente con la cabeza y con un poco de vergüenza mira hacia abajo.
María: Pues dime!... Cuéntale a tu tía que te ama tanto que es todo lo que te hacen en casa.