De Pié

Después de pasar por los amargos pasajes de su niñez y los crudos desafíos de su adolescencia, a ella sólo le quedó una opción. Luchar y mantenerse de pie. Maltrato físico, Psicológico, verbal y abuso sexual, son algunos de los peldaños que conforman la escalera que tiene como vida ésta gran guerra.

Eran las 8:30 de la noche, en un rincón oscuro de una pequeña casa de madera, se encontraba postrada de rodillas una pequeña niña de 6 años. Tenía dos horas con las manos hacia arriba como queriendo alcanzar aquel techo en mal estado, su pequeño cuerpo sudado, su pelo crespo deshecho y varias marcas en la espalda, como si un verdugo la había azotado.

Una mujer se acerca hacia la pobre criatura que se quejaba en voz baja tal como un leve suspiro que deja el viento al pasar.
-Ven tú!.... Párate de ahí.

La pequeña niña se levanta lentamente algo asustada y con temblores en las piernas ya que llevaba mucho tiempo en esa posición. Se acerca a la mujer y ésta puede percatarse del enrojecimiento y las manchas que dejaron las lágrimas en el rostro de aquella niña de cara redonda. La mujer le mira las marcas en su cuerpo y con algo de culpa pero disimulando le dice.
-Mírame!... Viste?... Lo vas a volver a hacer?... Te vas a portar mal otra vez?
-No ma'... Responde la niña con vergüenza y algo de tristeza en el tono de su voz.
La mujer era la madre de la niña, está mujer llamada Nathy, tenía para ese entonces dos hijos, uno varón de 4 años Randy y la niña que tenía en frente Emely.

Randy no vive con ellos porque es hijo del hombre con el cual ella se caso al poco tiempo de separarse de Edwardo el padre de Emely, Unos pocos meses después ella tuvo a Randy, la felicidad de este hogar fue efímera ya que el padre de Randy era un hombre poco pensante que dejaba sin comida a Nathy, Emely y su propio hijo Randy cuando estaba disgustado con Nathy. Lamentablemente Nathy, un día no pudo aguantar más la situación de ver a sus hijos pasar hambre, así que decidió llevar a Randy de tan sólo un año a vivir un tiempo con su abuela paterna y a Emely a vivir con la madre de su ex pareja Edwardo el padre de Emely por un tiempo. Una vez que Nathy encontró trabajo buscó a casa de su abuela a Emely, pero a Randy lo dejó con su abuela paterna, porque aunque ya había encontrado trabajo, el niño estaría mejor ahí, Nathy no se descuidó de su hijo, lo visitaba junto a Emely todos los fines de semana y cada vez que el niño necesitaba algo, Nathy le llevaba dinero.

Luego de ordenar a Emely que se limpiara la cara, le sirvió la cena.
-Quieres así o más?
Preguntó Nathy a su hija que aún estaba triste por el castigo que le impuso luego de azotarla brutalmente con el cable de la TV.
-Así está bien!... Respondió en voz baja Emely.
-Habla duro... Le dice en voz alta Nathy a Emely.
-Que así está bien. Le dice con voz clara Emely a Nathy.

Llega Pablo, el marido actual de Nathy padrastro de Emely, quien se sienta en una silla plástica luego de quitarse la gorra y darle un beso a Nathy. Mira un poco sorprendido a Emely y se percata de que había llorado, aunque no le había visto las marcas en el cuerpo, sabía que Nathy le había pegado otra vez.

-Y ésta que hizo ahora?.... Le pregunta con asombro Pablo a Nathy.

-OH!... Yo llegué y encontré la casa patas hacia arriba y los platos sucios aún.... Le responde enojada Nathy a Pablo.
-Y tú que le hiciste?.... Pregunta Pablo.
-Le di bien duro y la puse de castigo.

Todos se sientan a cenar.

Emely toma en sus dedos un tenedor con un trozo de plátano frito, al introducirlo en su boca ella sintió como si en su boca había arrojado algún ácido destructivo, sentía cómo el calor del plátano le terminaban de destruir la boca. Al sentir ésta sensación tan insoportable, Emely no dudó en retirar el pedazo de plátano frito y al sacarlo ella pudo ver restos de carne que provenían de sus labios partidos, ésto provocado por el fuerte castigo que le impuso Nathy unas horas antes, le había roto los labios por dentro, tenía la boca desbaratada por dentro, le era imposible comer a aquella pobre niña. No podía llorar así que se contuvo, pero fue inútil porque Pablo y Nathy se dieron cuenta de que algo no estaba bien con Emely.
-Que pasa?.... Le pregunta Nathy a Emely la cual no le puede responder porque la melancolía se apoderó de ella y rompió en llanto, no sólo porque le dolían sus heridas y no podía comer, sino también porque quien se las había causado fue el ser que le dio la vida.

-Déjame ver.... Acercándose a Emely dijo Nathy.
-Es que tu exageras Nathy, la maltratas demasiado.... Dijo Pablo sintiendo algo de lastima por Emely.
-Te duele mucho?..... Preguntó Nathy a Emely.
-Sí, pero yo puedo comer.... Responde la niña.

Nathy se dispone a seguir comiendo y Emely hace un esfuerzo para terminar su cena.

C2. Tu papá no te quiere.

Luego de terminar la cena, Emely empezó a ayudar a Nathy a lavar los platos, Emely aún seguía triste y no levantaba la mirada por nada del mundo. Emely miraba hacia la pequeña salita a Pablo que veía el juego de Baseball, miró hacia la puerta que estaba abierta y en el patio habían unos niños jugando.
-Ma'.... Puedo salír a Jugar?... Le pregunto Emely a su madre Nathy.
-No... Tu aún estás de castigo... Quizás mañana te deje salir a jugar. Le esponde Nathy.
Esa respuesta para Emely representó el mismo dolor que cuando estaba siendo azotada unas horas atrás, ella no dijo nada y sus ojos se hunedecieron casi al punto de derramar una lágrima, solo que la contuvo porque sabía que si su madre la veía llorar, le pegaría nuevamente.

Luego de lavar los platos Nathy buscó una toalla, un pequeño cántaro de plástico con un pedazo de jabón dentro y se dirige con Emely a fuera de la casa dónde estaba el baño. Ellos eran una pequeña familia de escasos recursos, muy pobres por así decirlo, la casa donde vivían estaba ubicada en una de las zonas más vulnerables de la capital de República Dominicana, por lo que en estos casos de pobreza, algunas casas no tenían baños propios y la casa dónde vivían era una de esas.

Una vez entrando al baño, Nathy le quitó la ropa a Emely para ayudarla a bañarse, el pequeño baño estaba oscuro y solo la pobre luz de un foco alumbra.
-Aunch!... Sollozo Emely al ser frotada en la espalda con una esponja mojada con agua y jabón. Nathy volteó a Emely hacia la luz del foco y pudo ver aquellas marcas de los latigazos que le había provocado a Emaly en la espalda.

-Mi hija!... Por favor pórtate bien, tu crees que a mi me gusta pegarte?... Le preguntó con remordimiento Nathy a Emely.
Emely sólo la miró con algo le lágrimas en los ojos. Nathy continuó bañando a Emely.
Al salir del baño y entrar a la casa, Pablo que estaba en el mismo plan de ir a bañarse sale de la casa y se dirige al baño porque es su turno, mientras Emely y Nathy se ponen ropa de dormir.
Nathy saca de un rincón una pequeña cama sandwich, la abre y la coloca detrás de una cortina que dividía la cama de ella y Pablo de su pequeña cama, procede a prepararla para que Emely pueda acostarse.

Luego de que Pablo terminara de bañarse y entrar a la casa, se pone su ropa de dormir detrás de la cortina, apaga la luz y se acuesta junto a Nathy para ver su programa de costumbre de todas las noches. Mientras ellos ven su programa, detrás de la cortina en su pequeña cama, estaba Emely volteada hacia la pared. Lloraba sin hacer ruido, las lágrimas calientes rodaban por su cara y caían en el colchón, ella estaba recreando recuerdos de él fuerte castigo de unas horas atrás y pensando a la vez en su padre y su dulce abuela a la que veía muy pocas veces digamos que una vez cada dos años o más.
Emely añoraba tanto estar con la familia de su padre padre, digamos su abuela, sus tías, tíos, su mismo padre que esto le dolía hasta los huesos, pero más le dolía cuando su madre Nathy enojada de gritaba.
"Tu papá no te quiere".... "Tu abuela no te quiere"... Ninguno de ellos te quiere porque si te quisieran te buscarían.
Esas palabras no salían de la mente de esa pequeña e inocente niña de tan sólo 6 años. Lloró y lloró hasta que se quedó dormida.

Al día siguiente, eran las 7 de la mañana cuando Emely fue despertada con una caricia, pero no una caricia materna o de alguien que traía buenas intenciones con ella, no, esas no eran caricias, eran sólo las manos de una bestia encarnada en un hombre enfermo, eran las manos de Pablo que como todas las mañanas a excepción de los domingos, despertaba a la pequeña Emely para tocar su cuerpo lujuriosamente como un lobo hambriento que quiere saciar su hambre por una hora.

Nathy siempre se despertaba a las 6 de la mañana para preparar el desayuno que le dejaba a Emely, luego se iba a su trabajo a las 7 misma hora en la que el depravado de Pablo se levantaba para someter a Emely a unas series de abusos y luego marcharse a las 8:00 para ir a trabajar a su carnicería.

C3. Si le dices a alguien te mato.

Luego de que Pablo se fuera, Emely se quedó sentada en la cama abrazando sus piernas contra su plano pecho y mirando fijamente hacia la puerta, pensando y buscando en su mente alguna explicación para lo que le estaba sucediendo, ella no sabía a ciencia cierta que significaba lo que Pablo le hacía todos los días, pero de alguna manera ella sentía que eso no era bueno. Emely se quedó sola toda la mañana como de costumbre, luego de algunos minutos de estar sentada en la cama, se levantó y buscó un galón lleno de agua que había en una esquina de la casa para luego salir al baño y asearse.

Luego de salir del baño, Emely se puso algo de ropa y revisó el desayuno que su madre Nathy le había dejado sobre la mesa, al ver que no era algo que le apetecía mucho, volvió a salir para arrojar la mitad del desayuno por un pequeño precipicio que daba a una cañada de basura que había justo en el pequeño patio trasero de la casa. Así transcurrió toda la mañana, la niña sola al cuidado de los vecinos esperando a que den las 12 del medio día para almorzar y luego prepararse para ir a la escuela.

Dan las 12:00 p.m y Pablo llega a la casa con algo de comida en platos desechables, así era todos los días de lunes a sábado, ésto era porque el trabajo de Nathy era de 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Pablo entra a la casa la mira sonríe, se sienta en una silla plástica luego que estaba detrás de una de las cortinas.

-Emely, ven... Le dice con un tono sutil a la pequeña niña que ya estaba empezando a asustarse porque ya sabía cuales eran las intenciones.

Pablo desabrocha su cinturón y le pide a Emely poniendo una mano en su cabeza que se arrodille frente a él, ella hace lo que el le pide.

-Te gusta?... Pregunta Pablo a Emely la cual no puede hablar porque lo que está haciendo en ese momento se lo impide, por lo que sólo asiente despacio con la cabeza.
Uno o dos minutos después Pablo se agita diciendo con placer y algo de desesperación.
-Siiii!.... Cómo una bestia en celo satisfaciendo sus hacias sexuales.

Al terminar y luego de depositar en la boca de aquel pequeño ángel inocente todo lo que su parte reproductora expulsó, con gran descaro y cinismo le dice en forma de burla a la pobre criatura.
-Bebelo!... Te hace bien!... Eso es proteína.
Emely no pudo con las náusea que le provocó aquel líquido en su boca y vomitó.

-Si le dices a alguien, te mato!.. Te mataré y luego mataré a Nathy..... Le dijo en forma de amenaza a Emely.
Luego de abrocharse el pantalón y de que Emely se limpiara la boca, el saca de la bolsa de plástico lo que había traído para comer.

- Mira lo que te traje... Le dice a Emely invitándola a comer.

Emely sacó fuerzas de dónde no tenía para poder comer su comida, ella tenía que terminar a tiempo para que no se le hiciera tarde y poder ir a la escuela. Minutos después terminó de almorzar, tomó su mochila y salió lo más rápido que pudo de la casa. Llegar a la escuela era para Emely llegar a ese lugar dónde nadie la dañaba, un lugar de paz y aunque no tenía amigos ya que era una niña solitaria, se sentía en paz esas horas que pasaba en la escuela. Dieron las 5 de la tarde y la campana de la escuela sonó avisando como todos los días de lunes a viernes que el horario de clase había concluido.

Al llegar a casa, Emely recordó que el día anterior la habían castigado por no haber lavado los platos así que se quitó el uniforme, se puso otra ropa y se puso a lavar los platos. Dan las 6:50 p.m y Nathy llega a casa.

-Bendición ma'.... Le dice Emely como forma de saludo a su madre.

- Dios te bendiga.... Responde Nathy.
-Lavaste los platos?....
- Sí.... Responde Emely
- Muy bien.....
En ese momento Nathy sale corriendo hacia el baño porque se sintió mareada y con unas náuseas terribles, tanto que no pudo contener el vómito. Emely no entiende que pasa y sólo se queda en la casa.

Luego de volver del baño, Nathy se recuesta en la cama un rato para descansar y más tarde poder incorporarse para hacer de cenar. Hora y media después llega Pablo llega a la casa, entra besa a Nathy y coloca sobre la mesa una bolsa plástica con algunas libras de carne dentro. Pablo es amante de las carnes, especialmente cerdo y si es frito mucho mejor, es un hombre de algunas 300 libras y algo más, aún no se sabe cuales atributos veía Nathy en el, ya que a parte de que era un hombre obeso no tenía ningún encanto o alguna característica que pudiera atraer a una mujer. En fin, aún así ella lo amaba.
-Pablo, tengo que ir al medico, ya llevo varias semanas sintiéndome rara y hoy me tuve que ir corriendo al baño a vómitar... Le dice Nathy a Pablo.

-Está bien amor.... Le responde con ternura Pablo a Nathy.

Una hora después, los tres comienzan a cenar.
-Cuando terminemos, buscas tu tarea y me la muestras para hacerla juntas tu y yo.... Le dice Nathy a Emely.
-Sí, está bien!... La maestra me dijo que debo leer el cuento de la página #4.
-Entonces cuando termines busca el libro para ayudarte....

Luego de terminar la cena, Emely busca el libro que contenía la tarea asignada y se lo entrega a Nathy para que ella le ayude con la lectura ya que Emely estaba a penas aprendiendo a leer. Se sientan en la mesa, abren el libro y buscan la página con el contenido. Abren la página y lo que se observa es un cuento con ilustraciones muy bonitas, el nombre del cuento era "El viaje de la gota de agua".

-Voy a leer yo primero, escucha bien y luego repite.... Le instruye Nathy a Emely.
-está bien!... Responde Emely.
Y comienza la lectura.

-Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Ahora tú... Le pide a Emely.
-Blan-ca y Crissstal, eran, dos, go---tas, de, agua.... Lee Emely.
-Sigue... Dice Nathy a Emely.
-Se me olvidó!... Con un poco de nervios exclama Emely.
-Que vivían en la misma nuve junto a otras miles de gotas.... Dice ahí le dijo Nathy mirándola a los ojos, lo que hizo poner un poco más nerviosa a Emely.
-Ahora dilo tú, léelo Emely.
-Que...... Vivían, juntas, en......... En..... Que vivían juntas, en.... No sé!.... Más nerviosa aún dijo Emely.
-Una vez más, no me hagas perder la paciencia.... Nathy que comenzaba a enojarse.
-Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Blanca y Cristal, eran dos, goootaas de, agua...... Que..... viven.
-Vivían!.... Interrumpió Nathy para corregir a Emely.
-Que vivían, juunntas, en uuunnnn.
-Emely, así no es que dice ahí, estoy perdiendo la paciencia.... Dijo con un tono de voz más alto que anteriormente. Nathy se pone de pie y va en busca del cable de la televisión con el que le había pegado el día anterior y luego lo coloca sobre la mesa al lado del libro.
-Yo voy a ver ahora si leerás bien.... Le dijo con insinuación de amenaza.
-Una vez más, Blanca y Cristal eran dos gotas de agua. Vivían en la misma nube junto a otras miles de gotas..... Lee Nathy para que Emely repita.
-Blanca y Cristal..... Eran, dos gotas.... De.... A-gua, que...... que..... Los nervios no permitieron que Emely continuara la lectura, estaba tan nerviosa al ver el cable en la mesa que su lengua estaba anestesiada y sus ojos comenzaron a humedecerse.
-Sigue!... Le pide Nathy a Emely
-Dos go-tas de... Agua.... que.... que... que viven..... De repente casi sin haberlo visto llegar sintió sobre su hombro izquierdo un azote caliente, picante y doloroso que le fue propinado por Nathy en ese instante.
-Ayyyy!... Ayyy!... No!.... Gritó de dolor la niña.

Pablo que se encontraba ahí en la pequeña sala viendo el partido de Baseball, las miró y sólo aumentó un poco el volumen de la TV.

-Sigue leyendo y si te vuelves a equivocar, ya sabes!..... Con voz amenazante dijo Nathy.
-Blanca y Clara.... Eran dos gotas, de, agua..... que.... que.... Aún más nerviosa y asustada seguía fallando Emely.
-Vas a seguír?... Preguntó Nathy que se paró de la mesa para ir en busca de otro objeto con el cual golpear a Emely. Busca entre los utensilios de cocina y escoge un objeto que tenía como agarradera un mango de madera, lo toma y se dirige a la mesa, se sienta y lo coloca en el mismo lugar dónde había puesto el cable.

-Ahora sí!... Vamor a ver si no vas a aprender a leer.... Con voz tenebrosa dijo Nathy mientras Emely seguía llorando.

C4. Te duele?

Que esperas?... Le gritó Nathy con ira a la niña.
La mirada de la pobre Emely fue nublada por las lágrimas que no dejaban de caer sobre las letras que aquella página del cuento.
Pero la niña asustada por haber visto lo que su madre le puso al frente para pegarle, la puso más nerviosa, el objeto era un enorme y largo cucharón, ese que usaba para casar de la olla los guisantes. Pensó que si por lo menos hacía el intento de leer siquiera una línea, su madre tendría piedad de ella, así que hizo un esfuerzo e intentó leer el párrafo.

-Blan-ca... Y Criss-ta-all...
-Sigue... Sugirió Nathy
-Eran..... Emely no podía continuar definitivamente, estaba muy nerviosa y asustada, temblaba.
-Si-gue!... Dijo Nathy con su mirada amenazante, pero la niña estaba prácticamente muda y no paraba de llorar.

En ese momento, la ira y la rabia se apoderó nuevamente de Nathy y le pegó tan fuerte a Emely en el centro de su pequeña cabeza, que la niña sintió cómo si hubiera caído sobre ella una campana.
-Ay, Ay, ay, ay, ay.... Ya ma', no me pegues más.... Auchhh, me duele mucho mi cabecita. Entre llantos decía Emely mientras su madre Nathy le gritaba.
-Lee!... Te dije... Lee... Vas a seguir leyendo mal?….. Eh?... Pegando le otra vez sólo que en ésta ocasión, la niña cubrió con sus manos su cabeza y el golpe del cucharón dio a parar en sus dedos, dejando herida una de sus uñas tiñendo la de negro por el ematoma.
-Sigue leyendo burra.... Le dijo con rabia Nathy a Emely.
-Blan-ca y Cristal... Eran.... Leía Emely entre llanto queja.
-Sigue.... Le pide Nathy.

Emely le seca el rostro con sus manos y hace el mayor esfuerzo para poder leer bien y así no ser maltratada más.
-Eran, dos, gotaasss.. De, agua, que... Que... Aterrorizada mira a Nathy y recuerda que si se equivoca será golpeada más fuerte.
-Que, vivían... En la, misma nuuuube, junto, a, otras,.... Otras... Miles, de, go---tas... Más.
En ese momento como de la nada surgió un silencio, Nathy mira detenidamente a Emely y Emely mira a Nathy mucho más nerviosa que antes, preguntándose si logró leer bien o no, esperando el próximo golpe por parte de Nathy.
-Ohhh!... Que milagro, aprendiste.... Le dijo Nathy con una irónica sonrisa, mientras Emely no podía creer que lo logró.

Nathy siguió leyendo para que Emely repitiera sus palabras y en todo ese rato, Emely falló muy poco.

Cuando terminaron de leer, Nathy le pide a Emely que busque la toalla, el cántaro y el jabón para que saliera al baño a ducharse porque ya era hora de dormir. Emely obedece y sale al baño para bañarse.

Al salir de la casa, una de sus vecinas estaba en el frente de su casa, que dicho frente quedaba a unos pocos metros de la puerta del baño, Analia se llamaba esa vecina. Analia se queda mirando a Emely mientras se dirigía al baño, la mira con algo de pena pues escuchó que le habían pegado. Mirándola con lástima desde la puerta de su casa le dice.

-Buenas noches Emely.

Emely con los ojos aún húmedos y con tristeza en su voz responde.

-Buenas noches Analia.

Bajando su mirada sigue y entra al baño. Al entrar, se percata de que no llevó nada con que alumbrar el baño, pero tenía miedo de volver a la casa y decir que se le olvidó, así que decidió bañarse a oscuras sólo con un pequeño reflejo de las luces de las casa que rodeaban el pequeño baño, sin importar qué podría encontrarse con alguna cucaracha ya que en ese lugar abundaban, ella decidió quedarse ahí dentro en esas condiciones.

Al tomar el cántaro lleno de agua, ella sintió el dolor en las manos que le habían dejado aquellos golpes. Soltó el cántaro dejando caer toda el agua y se pegó de la pared humeda y pegajosa para poder desahogarse llorando sin parar.

Algunos minutos después, Emely termina de bañarse así que sale del baño. Llega a la casa y ve que a Pablo con la toalla en las manos.

-Dame el cántaro... Le pide a Emely.

Emely accede a darle el cántaro, Pablo se va y ella empieza a ponerse su ropa de dormir para luego preparar su cama.

Nathy: Déjame ver.
Emely: Que?
Nathy: La mano.

Emely con tristeza muestra la mano para que Nathy pueda ver el ematoma que le provocó en una de sus uñas.

Nathy: Te duele?

Emely asiente con la cabeza.

Nathy buscó en una caja llena de cosas una pomada que tenía, al parecer para éste tipo de daños y se la aplica en la uña y varias partes afectadas de las manos.

Nathy: Acuéstate.

Emely se acuesta de lado volteada hacia la pared.

Emely: Bendicion ma'.

Nathy: Dios te bendiga.

Minutos después, Pablo llega a la casa y le da el cántaro con el jabón a Nathy para que se fuera a bañar. Nathy salió al baño, pero Emely aún no se había dormido, sólo que cómo le daba miedo saber que estaba sola en la casa con Pablo, prefirió fingir que dormía pero fue en vano porque Pablo no dudo en aprovechar que estaban a solas para tocar y apretar con lujuria los pequeños glúteos de Emely.

Acariciaba con desenfreno los glúteos de la niña, se quitó la toalla frente a ella y como estaba totalmente desnudo empezó a tocar su parte íntima, volteó a Emely hacia el y se dio cuenta de que estaba despierta.

Pablo: Sshhh!... Cómo sugerencia de que no hiciera ruido le susurró a la niña mientras seguía tocándose. Emely no sabía que hacer, era repugnante ver aquel asqueroso hombre gordo y feo haciendo esas repugnantes cosas frente a ella, pero para suerte de la pequeña niña, Pablo no podía terminar, ya que si terminaba podría ensusiar las sábanas y quizás parte del piso, cosa que no era de su conveniencia porque cuando Nathy llegara podría sospechar. Así que aplaco su lujuria y le pidió a Emely que volviera a dormir para el poder ponerse su ropa de dormir.

Nathy llegó a la casa, cerró la puerta, se puso su bata y se acostó junto a Pablo.

C5. Tendrás un hermanito.

El día siguiente era Viernes, Nathy se levanta una hora más tarde, justo a la misma hora que Pablo, esto fue porque Nathy había perdido permiso para ir al médico y fue justamente para esos dos días, Viernes y Sábado.

Nathy despierta a Emely para que asearse y luego acompañarla al médico. Cuando Emely fue despertada, lo primero que vio fue a Pablo que salía de la casa, sintió un alivio tan grande en su pecho porque ella sabía que por lo menos esa mañana y la siguiente no sería abusada por el.

Salió de la cama, la guardo, salió al baño para asearse y se puso ropa para acompañar a su madre a hacerse sus análisis médicos. Al salir de la casa, Emely se encontró en el patio que queda entre el baño y la casa de su vecina Juanita (una señora de 80 años) madre de Analia, que estaba ahí barriendo el frente de su casa como todas las mañanas.

Emely: Buenos días Juanita.

Juanita: Buenos días Emely.

Emely sigue caminando hacia el baño y entra, luego sale Analia con una taza de café y al ver que era Emely quien acabó de entrar al baño le dice a su madre.

Analia: A esa niña le dan muchos golpes, anoche escuche cómo le pegaban porque no podía leer bien.

Juanita: Esa gente son unos animales, yo no sé como es que hay gente así.

Analia: Pero es Nathy que la maltrata, por lo menos Pablo es un hombre de trabajo, pero ella es una bruta.

Juanita: Bueno!.... Exclamó.

Emely sale del baño unos minutos después y entra a su casa para vestirse y poder ir con su madre al médico. Nathy ya se había levantado y por lo tanto ya estaba lista, así que buscaba unos documentos en un cajón, mientra Emely se vestía.

Nathy: Apúrate que quiero coger un turno bajito, ahí hay pan con chocolate, termina de ponerte ropa para que desayunes.

Emely: Está bien.

Emely se viste y luego toma el chocolate con el pan y empieza a desayunar.

Nathy: Apúrate.

Emely come rápido su desayuno y unos minutos después, avisa a Nathy que ya terminó. Ambas salen de la casa y se dirigen al camino que las llevan fuera del largo callejón donde estaba situada la casita. Juanita y Amalia que aún seguían en el patio, se quedan mirando fijamente a Nathy y Emely marcharse.

Analia: Y que habrá pasado que hoy Nathy no fue a trabajar?

Juanita: Quién sabe, por lo menos hoy no la dejaron sola.

Analia: Ah!... Eso sí.

Dos horas después, Nathy y Emely llegan a su destino, llegaron a la clínica dónde Nathy siempre se atendía, también atendía ahí a sus hijos Emely y Randy y ésto sin ningún costo ya que el dueño de esa clínica es el esposo de una prima lejana de Nathy, el y su esposa eran los dueños de ese lugar, ella era pediatra y el ginecólogo. Nathy salió a los 13 años de su pueblo natal, tenía problemas en sus ovarios y en aquel tiempo su pueblo no tenía la capacidad de atender esos problemas de salud, así que llegó a vivir con uno de sus hermanos mientras buscaba empleo para poder atender sus problemas. Sólo que su estancia ahí en aquella casa, no fue muy buena, dormía en el suelo dónde cada noche las ratas se paseaban libremente y cuando llovía todo el piso se inundaba por lo que tenía en muchas ocasiones que subirse a una silla para terminar de pasar la noche. Para justificar su presencia en aquella casa, Nathy tenía que hacer la limpieza, meses después terminó mudándose a otra casa con otro de sus hermanos quien vivía con su esposa y su hijastra, lo que fue otra estancia insufrible, pues la hijastra de su hermano junto a su madre, le hicieron la vida imposible y no sólo debía limpiar todo, si no que hasta llegaron a acusarla de ladrona debido a que ahí también vivía un cuñado de su hermano adicto al juego, la esposa de su hermano no podía delatar a su hermano frente a su esposo (el hermano de Nathy) así que cada dinero que se desaparecía en la casa, ella hacia ver a Nathy cómo sospechosa. Nathy no tuvo más remedio que salir de ahí pocos meses después de conocer a Edwardo y darle un tiempo después a su primera hija quien falleció antes de que naciera Emely.

Tiempo después algunos pocos años más tarde, Nathy se separó de Edwardo, para ese entonces ya Emely había nacido, Nathy se fue a vivir con el padre de Randy y al separarse de él y enviar a sus hijos a vivir temporalmente con sus abuelas paternas, fue en busca de empleo y quienes la recibieron con los brazos abiertos fueron ésta pareja de doctores, la doctora Lucía y el doctor Tejeda, quienes también intervinieron todas las veces que fueron necesarias sin ningún costo, para remediar los problemas de salud de Nathy.

Algunos minutos después en la sala de espera de aquella clínica, sale del consultorio un señor con una bata médica y se dirige a Nathy con una sonrisa.

Doctor Tejeda: Hola Nathy, cómo estás?

Nathy: Bien y usted?.. Y su esposa?

Doctor Tejada: Estámos bien también.... Esa es Emely?.... Que grande está.
Mira con una sonrisa de amabilidad a Emely y la saluda.

Doctor Tejeda: Hola linda.

Emely: Hola.

El doctor Tejeda mira a su secretaria y pregunta quién es su siguiente paciente, para poder cambiar su turno por el de Nathy y hacerla pasar antes.

Doctor Tejeda: Ven conmigo Nathy.

Nathy le ordena a Emely que se quede en la sala de espera y pasa al consultorio para hacerse su chequeo médico.

Nathy: Emely espérame aquí.

Emely: está bien ma'.

Mily la secretaria del doctor, le busca unas revistas viejas y un lápiz a Emely, para que ella pueda entretenerse mientras su madre es atendida.

Minutos después, el doctor Tejeda y Nathy salen del consultorio, Nathy tiene unas indicaciones en las manos y el doctor Tejeda se dirige a Mily su secretaria.

Doctor Tejeda: Mily, yo le hice una revisión a Nathy, me parece que está embarazada pero necesito que se le sean tomadas unas muestras de sangre y orina para confirmar y saber de cuanto tiempo es el embarazo, hazme el favor tomale el peso y luego ve con ella al segundo piso para que se les sean tomadas las muestras de inmediato. Nathy y Mily entran a un cuartito donde tienen una báscula Mientras Emely sigue en la sala de espera. Una vez tomado el peso de Nathy, ella va a la sala de espera espera dónde está Emely.

Nathy: Emely quieres venir con nosotras al segundo piso o quieres quedarte aquí?

Emely, que aún está dibujando sobre la revista le responde.

Emely: Yo me quiero quedar aquí.

Nathy: Está bien.

Así que Nathy y Mily van al segundo piso. En la sala de espera, minutos van y minutos vienen mientras Emely dibuja bigotes en las caras de las modelos que estaban ilustradas en las revistas. Pasó un largo rato y vio que su madre volvió del segundo piso con Mily y unos papeles en las manos, súbito Mily la envió al consultorio del doctor Tejeda. Emely cerró las páginas de las revistas porque vio a su madre muy extraña así que devolvió a Mily las revistas y el lápiz, para esperar a que Nathy saliera del consultorio.

Nathy salió minutos después del consultorio y se dirigió a dónde estaba Emely para darle con una gran sonrisa y una cara de alegría la gran noticia.

Nathy: Tendrás un hermanito....

Emely no pudo creer lo que escuchó en ése momento, sintió algo extraño en la boca del estómago, sintió nervios y escalofríos y aunque èste sería su segundo hermanito para ella era algo nuevo y grande, así que no pudo evitar dejar salir su sonrisa de alegría.

Dieron las 12 del medio día y a Nathy se le ocurrió pasar por la carnicería dónde trabajaba Pablo para darle la noticia, ya que estaba muy ansiosa por decirle sobre su embarazo.

C6. Que quieres que te compre?

Nathy y Emely llegaron a un mercado en dónde se encontraba la carnicería de Pablo, entran y saludan a varios conocidos antes de llegar a dónde se encontraba Pablo. Una vez que llegaron a la carnicería, se detuvieron Emely y Nathy frente al mostrador y esperaron a que Pablo terminara de rebanar un filete de res para venderlo a una señora que se encontraba en el lugar. Aquel lugar era todo un circo de pregoneros, desde los clientes hasta los dueños de los puestos de fruta, vegetales, carne, arroz, etcétera, parecían personajes salidos de una obra de teatro. Pablo termina de despachar a la señora y sale del mostrador para darle un beso a Nathy, ella le correspondió sin dudar aún viéndolo todo sucio de sangre y restos de huesos de animales que estaban pegados junto a algunos pequeños trozos de carne y órganos a su delatar.

Pablo: Que te dijeron?
Nathy: Que estoy embarazada, tengo tres meses de embarazo.

La emoción no cabía en Pablo, iba a ser papá por primera vez. Pablo no tenía hijos y era la segunda vez que compartía su vida con alguien, el sólo para ese entonces tenía 35 años y lo más cercano a un hijo que tenía era el hijo de su primera mujer, el niño murió por descuidos de su madre ya que antes de morir por causas de apendicitis, le había dicho a su madre que sentía un fuerte dolor y ella sólo le dio un analgésico.

Pablo: Que quieres hacer?.... Que quieres comer?

Nathy: Yo quería comprar algo de comida ya hecha, dejar a Emely en la casa mientras voy a buscar a Randy para que esté con nosotros este fin de semana.

Pablo: Sí, que quieres que te compre?

Nathy: lo que sea, te parece si voy a dónde los chinos?

Pablo: Sí, está bien.

Pablo saca del cajón dónde tenía dinero y saca unas monedas y unas papeletas, luego mira hacia la multitud para buscar a un muchacho llamado Julito, quien era uno de los que se ganaban la vida haciendo mandados y cargando cajas de frutas para los mercaderos. Pablo alcanza a verlo y enseguida lo llama.

Pablo: Hey!.... Julito.

Julito se acerca, saluda a Nathy y a Emely para luego dirigirse a Pablo.

Julito: Dime.

Pablo: Ve dónde los chinos y tráeme tres servicios de Show Fan.

Pablo le da el dinero a Julito y se retira.

Pablo: Y te recetaron algo?

Emely: Sí, tengo las recetas.

Pablo: Ay Emely tendrás un hermanito.

Le dice mirándo a Emely con una cara graciosa le dice. Emely lo mira y sonríe un poco asintiendo con la cabeza.

Unos minutos después llega Julito con la comida, le da el dinero que sobra a Pablo luego de haber tomado su parte por haber hecho el mandado. Pablo consigue tres sillas que había en el lugar para que pudieran comer sentados, aunque el lugar estaba lleno de sangre y animales descuartizados por doquier, esto no fue impedimento para que pudieran comer, pues Pablo estaba acostumbrado, Emely y Nathy tenían hambre. Luego de haber comido Nathy se despide de Pablo y le pide que lleve a Emely a casa, pues Pablo todos los días se tomaba dos horas de reposo en casa y luego volvía a la carnicería hasta el cierre.

Pablo: Cierro y luego nos vamos, tienes dinero para el pasaje?

Nathy: Tengo, pero dame un poco más porque creo que no me alcanza para traer a Randy.

Pablo accede a buscar un poco más de dinero de la caja y se lo entrega a Nathy.
Antes de retirarse, Nathy le pidió a Emely que mientras ella no estuviera en casa se encargara de lavar los platos que habían quedado sucios del desayuno y que no hiciera desorden. Nathy se marcha y Pablo empieza a cerrar la carnicería para luego irse a casa con Emely. Termina de cerrar, la toma de las manos y se retiran a la puerta del mercado para irse del lugar.

Al llegar a casa, Emely no quería entrar porque estar a solas con Pablo significaba para ella algo tan terrible como sufrir las quemaduras del mismo infierno, debido a todas esas cosas horrorosas que le hacia aquel enfermo y desquiciado hombre. Así que como un regalo del destino, en ese instante pasa su salvación en frente de la casa, dicha salvación era Jesenia, la hijastra del Padre de Pablo quien vivía a unos 200 metros de su casa.

Jesenia: Hola Emely.

Emely: Hola Jesenia.

Emely pensó que si le pedía a Pablo que la dejara ir a casa de Jesenia para jugar, el no se opondría quizás, así que no perdió el tiempo y se dirigió hacia el.

Emely: Pablo, puedo ir a jugar a casa de Jesenia?

Pablo mira a Jesenia a quien a la vez saluda, luego mira a Emely y se queda algo pensativo antes de dar una respuesta. Pablo no quería que nadie sospechara de lo que sucedía cuando el y Emely se quedaban solos, así que no tuvo otra opción que dejarla ir.

Pablo: Está bien!... recuerda que tienes que hacer lo que Nathy te pidió antes de que llegue.

Emely: Sólo será una hora.

Pablo: Te dejaré las llaves en casa de Analia.

Emely se retira con Jesenia y Pablo se queda en casa.

C7. Quieres jugar conmigo?

Mientras Emely se aleja de casa junto a Jesenia, iban conversando.

Jesenia: Dónde estabas?... Porque no te enviaron a la escuela.

Emely: Estaba acompañando a mi mamá al medico.

Jesenia: Que tiene?

Emely: Está embarazada.

Jesenia: Tendrás un hermanito, estás contenta?

Emely: Sí, mucho.

Jesenia: Que bueno.

Llegan a patio de la casa de Jesenia. Jesenia vivía con su padrastro Confesor quien era el padre de Pablo, con su hermano pequeño de 4 años Wellington que era hijo de Confesor y su madre Liselot. Ellos no estaban en casa ese día, Liselot habría salido con Wellington y Confesor estaba trabajando, el también tenía una carnicería justo al lado de la que tenía su hijo Pablo. Ellos eran una familia de carniceros, Pablo, dos hermanos suyos llamados Kevin y Roberto de los cuales sólo Kevin era hermano por parte de padre y madre de Pablo porque Roberto era hijo de otro hombre.

Jesenia invita a pasar a Emely para brindarle agua ya que ella se la había pedido.

Jesenia: Aquí tienes.

Emely: Gracias Jeseia.

Jesenia: Quieres jugar conmigo?

Emely: Sí, dónde están tus juguetes?

Jesenia: Están guardados ahora los saco.... Tengo una pelota, juegos de cocina, muñecas, mi mamá me compró de todo, pero yo tengo una buena idea.

Emely: Que idea?

Jesenia: Podríamos jugar al papá y la mamá.

Emely: Al papà y la mamá?

Jesenia: Sí.

Emely: Cómo?... Si solo somos tu y yo que somos hembras, no hay un varón aquí Jesenia.

Jesenia: No hace falta que haya un varón aquí, yo puedo ser el papá y tú la mamá. Sobre el armario de mi mamá están mis muñecas, ellas podrían ser nuestras hijas....

Emely: No sé.

Jesenia: Quieres ser el papá tú entonces?

Emely: No, no es eso.

Jesenia: Entonces?

Emely que era tan inocente accedió a jugar con Jesenia.

Emely: Está bien, yo seré la mamá.

Jesenia fue a la habitación por sus juguetes, estaban dentro de un gran saco y los sacó a todos de ahí, los ordenó y empezaron a jugar. Jugaron a darle comida a sus imaginarios bebés y al llegar la ficticia noche.

Jesenia: Llegó la noche, es hora de irnos a dormir.

Emely: Está bien, yo acuesto a los niños.

Jesenia: No tardes.

Emely acuesta a las muñecas en sus camitas que le había hecho con cajas y algo de tela, al terminar se dirigió a la habitación de Jesenia quien se había cambiado de ropa y se había puesto una bata de dormir. Al entra a la habitación, Emely miró a todas partes, pudo ver que no había luz eléctrica y lo único que alumbraba un poco la habitación eran las rendijas de la ventana, pudo ver que Jesenia estaba en la cama con su bata puesta.

Jesenia: Ven amor, acuéstate conmigo.

Emely se acostó al lado de Jesenia. Se volteó de lado para ignorar a Jesenia, ya que era sólo un juego, pero Jesenia la volteó hasta que quedó boca arriba. Jesenia comenzó a acariciar el hombro de la pequeña Emely mientras la miraba, la pobre niña se sentía tan extraña y su corazón empezó a acelerarse poco a poco. Luego de acariciar su hombro y de una manera sutil y casi inesperada, Jesenia traslado su mano al pecho de Emely frotando lentamente sus pequeños pezones, trasladó muy despacio su mano hacia el vientre de Emely para acariciar aquella parte hasta seguir el recorrido y llegar a su pubis y frotar continuamente. Jesenia era una niña de 12 años y aunque aún era pequeña, sabía que lo que estaba haciendo no era nada bueno. Era sólo un juego le había dicho Jesenia a Emely que no quería seguir jugando, pero ella insistió y prácticamente la obligó a seguir el juego, tomando la mano de Emely y dirigiendola hacia su pubis, pero cuando Emely tocó involuntariamente el pubis de Jesenia, se percató de que ella no tenía ropa interior y se asustó tanto. Emely entendió que no era un simple juego de niñas, sintió que estaba haciendo otra vez abusada, recordó todo lo que Pablo le hacía y la sensación de asco se apoderó de ella, entonces pudo levantarse rápido de aquella cama y luego salió de la casa para dirigirse al patio y poder escapar.

Mientras Emely salía de casa de Jesenia aterrorizada, Pablo estaba ya saliendo de casa para volver al trabajo, cómo era acordado tenía que dejar la llave en casa de Analia, pero ella no estaba.

Un poco preocupado, pensó que era mejor si se llevaba la llave, ya que Emely prometió volver a tiempo para lavar los platos y arreglar la casa antes de que Nathy llegara, entonces, se llevó la llave y dejó la puerta medio abierta, cerrada pero sin candado.

Trasladándose a casa, Emely se encontró en el camino con Nikaury, una niña de su misma edad que iba acompañada de su madre Lourdes quien era la esposa del jefe de Nathy que vivían justo al lado de Jesenia.

Nikaury: Hola Emely.

Lourdes: Hola Emely.

Emely: Hola.

Lourdes: No fuiste a la escuela hoy... Por que?

Emely: Estaba en el médico con mi mamá, ella está embarazada.

Lourdes: Que buena noticia.... Y Nathy está en casa?... Me gustaría felicitarla.

Emely: No, ella no está.

Lourdes: Estonces estás sola.

Emely: Sí.

Lourdes: Pues si quieres ven a casa con nosotras, puedes jugar con Nikaury mientras preparo la merienda.

Emely pensó en lo que acababa de suceder con Jesenia y sintió algo de duda al responder, pero también pensó que estando en presencia de un adulto, nada le podría suceder y no quería hacerle el desaire a la señora así que acepto.

Mientras Emely se dirigía a casa de Lourdes y Nikaury junto a ellas, en el patio de su casa se encontraban pablito, un niño de 5 años quien era hijo de Analia y Juan otro niño de 6 años quien era hijo de Pedro hermano de Analia. Se encontraban jugando al baseball pero hubo un pequeño desacuerdo entre ellos en ese instante por lo que comenzaron a pelear hasta llegar a la puerta de la casa de Emely.

Pablito: Juan, tu me hiciste trampas, tamposo, no jugaré más contigo, estoy muy enojado.

Le gritó cuando lo empujó hacia la puerta y de golpe se abrió completamente. Pablito y Juan se retiraron asustados pensando que había alguien dentro y lo habían molestando, así que corrieron rápido y se retiraron de ahí dejando totalmente habierta la puerta.

El reloj seguía andando mientras Emely jugaba muy a gusto con Nikaury, comiendo a la vez la merienda Emely se perdió en las horas, de su memoria se había borrado que tenía que lavar los platos y ordenar la casa antes de que Nathy llegara, pero la tranquilidad y la calma que sentía la pequeña era tanta, que olvidó por completo que tenía que ir a casa. Se hizo un poco oscura la tarde, casi de noche cuando una mujer junto a una niña de doce años al lado llegó a la puerta, Emely no pudo darse cuenta de que en la puerta había alguien hasta que la mujer que estaba en la puerta habló.

Nathy: Saludos!

Era Nathy que al llegar a la casa y encontrarla abierta totalmente y ver que los platos aun no estaban limpios, ni la casa en orden y más aún que Emely no estaba ahí, se lleno de ira y salió a buscarla hasta encontrarse en el camino con Jesenia quien la llevó a casa de Lourdes.

Lourdes: Hola Nathy... Me dijo Emely que estás embarazada.

Mientras las dos mujeres hablaban, Emely sintió como se adormecieron los pies y lentamente les empezaron a temblar las rodillas, ver a Nathy parada en la puerta era peor que ver al mismo diablo. Emely no sabía que hacer, quería decirle a la señora Lourdes "por favor señora, no deje que me lleve a casa", pero no pudo.

Nathy: Emely vamos a casa.

Emely le dio las gracias a la señora Lourdes por haberla invitado a su casa y de paso se despidió de Nikaury con una pequeña sonrisa y los ojos humedecidos. Cuando salió por la puerta y ya alejándose de la casa, Nathy tomó tan fuerte su mano apretando sus dedos que sentía cómo sus huesos su fueran a romper.

Emely: Auuchh.

Nathy: Tu y yo vamos a hablar cuando lleguemos a casa.

Le dijo con un tono amenazante a la pequeña Emely mientras se alejaban y dejaban a Jesenia atrás quien reía de burla al escuchar que posiblemente Emely sería castigada esa noche.

Finalmente ambas llegaron a casa y ahí estaban Pablo y Randy. Emely no quería entrar a su casa porque sabía lo que le esperaba, pero Nathy tomó su pelo por unas de sus rústicas trenzas y la arrojó dentro de la casa como si fuera una bolsa de basura tomando enseguida un objeto en sus manos.

C8. Ya hermanita, ya pasó.

Nathy: Yo me levanté hoy sin poder porque estaba cansada, tenía toda la semana matándome como una burra de sol a sol, y tú no eres capaz ni siquiera de lavar tres malditos platos y me dejas la casa abierta de par en par, tu quieres matarme con todo y barriga es?.....

Le gritaba Nathy con furia mientras le pegaba a Emely con un cable eléctrico.

Emely: Ya ma'!..... Perdón, no me pegues.... Me duele.

Le dijo la pequeña llorando desde el suelo, cubriendose con las manos, le hubiera gustado haber tenidos más manos para cubrir aquellas agresiones que dolían y quemaban tanto, sentía que sus manos y brazos se iban a despegar de tantos azotes, aquello parecía cómo uno de esos castigos que le imponían a los esclavos de hace unos siglos atrás.

Nathy: Te dije que lavaras los platos y que hiciste!..... Te fuiste a una casa ajena a comer cómo si aquí pasas hambre y me dejaste la casa habierta.

Emely: Aaaayyyy!.... Pablo dijo que dejaría la llave donde Analia.... Ay, ay, ay.... Me duele!... Ya!... Por favor.

Nathy seguía azotando a la niña.

Pablo al escuchar su nombre, se sintió indignado aunque el dejó la puerta sin candado, no admitió que tuvo algo de culpa en el hecho, por lo que dijo un poco incómodo.

Pablo: A mi no me metas en tu lío, tu debiste hacer lo que tu mamá te dijo que hicieras y no lo hiciste, yo no soy culpable de tu desobediencia Emely.

Randy se sentía incómodo de ver cómo azotaban a su hermana, no sabía que hacer y no entendía por qué le estaban pegando.

Pablo: Randy, quítate de ahí para que no te peguen a ti también.

Ranfy salió con una pequeña silla fuera de la casa para no seguir viendo como maltrataban a su hermana. Al salir de la casa, Randy vio a uno de los vecinos, éste vecino vivía justo al lado de la casa de Emely, vivían el y su esposa que también estaba embarazada. También en la vecindad se encontraba Analia a pocos metros con su madre Juanita quienes comenzaron a hablar en voz baja sobre lo que estaba sucediendo en casa de Emely.

Analia: Otra vez!... Me gustaría llamar la policía tal vez y los meten presos y les quitan a la niña.

Juanita: Mi hija eso da pena pero no podemos meternos en eso, a demás, por lo menos Pablo está ahí.

Analia: El es peor por permitirle a Nathy maltratar a la pobre niña.

Juanita: El es quien tiene que meterse, no nosotras.

Nathy continuaba azotando a Emely, pero ya era bastante por lo que Pablo tuvo que intervenir.

Pablo: Nathy, ya basta!

Nathy: Es que me tiene harta.

Pablo: Pero te puede hacer daño, a demás ya le diste su castigo.

Nathy suelta el cable eléctrico y se sienta en una silla plástica, mirando con enojo y cansancio a Emely diciendo.

Nathy: Tu me quieres ver muerta.

Emely: Ay no ma', no digas eso.

Dijo la niña llorando sin cesar, mientras Pablo busca un poco de agua para Nathy. Emely se quedó en un rincón llorando y mirando al techo cómo aquel que busca a Dios con desesperación, ella sólo quería saber que había hecho para pasar por tanto, esa era una de esas veces en las que quería salir corriendo de ese lugar sin detenerse e ir lejos, muy lejos de Pablo y Nathy, pero no podía, tenía mucho miedo, miedo a que fuera de ahí le sucedieran cosas peores.

Era ya la hora de preparar la cena y aunque en el lugar se sentía algo de tensión todavía, había que continuar con el proceso rutinario de todos los días, así que Nathy le pidió a Emely que fuera a comprar perte de lo que hacía falta para la cena.

Nathy: Mira tú, párate de ahí y ve a comprar algo.

Emely se para del rincón, se limpia las lágrimas y se dirige hacia Nathy para que ella le haga una lista de lo que necesitaba. Nathy mira a Emely y se da cuenta de que su pelo está desarreglado y procede a peinarla rápido reparando sus trenzas. Emely era una niña un poco subida de peso, piel morena y pelo crespo, tan crespo y largo, que no cualquiera podía peinar su cabellera. Nathy aún enojada hablaba el pelo de Emely, que estaba enredado porque minutos antes había sido tirado varias veces.

Emely: Ay!... Me estás halando duro.

Nathy: Cállate.

Terminó de arreglar su pelo y luego buscó papel y lápiz para hacer una lista. Mientras Nathy hacía la lista, Emely salió afuera para ver a Randy, no tuvo tiempo de saludar a su hermano a quien quería tanto. Ella se acercó a él para poder saludarlo, el no podía dejar de ver las marcas de los azotes en los brazos y las manos de Emely su hermana mayor y cómo un gesto de pena y compasión se paró de la pequeña silla e invitó a Emely a sentarse. Emely se sentó y luego Randy se sentó en sus piernas, tomó una de las manos llenas de marcas de Emely y se cubrió con ella el abdomen, recostandose sobre ella después diciendo.

Randy: Ya Hermanita, ya pasó!

Sale Nathy de la casa para entregarle el dinero a Emely junto a la lista.

Nathy: Toma, ve dónde Kiro.... Si quieres llévate a Randy.

Tomó Emely a Randy de la mano y se fue a comprar lo que le había pedido Nathy. Llegando al colmado (establecimiento dónde venden comestibles y otros productos), Emely se acerca al mostrador para darle la lista a Kiro ( el dueño del establecimiento) la lista de cosas que necesitaban en casa, al extender su mano para facilitarle la lista, Kiro pudo ver las marcas de los azotes, aquello parecía un mapa geográfico. El sabía perfectamente de que se trataban aquellas marcas.

Kiro: Que te pasó niña?

Emely: Nada.

Kiro un poco alarmado tomó el teléfono para hacer una llamada, mientras no dejaba de mirar a la niña toda marcada.

Kiro: Aló!... Sí, saludos!

C.9. Confías en mí?

Kiro: Estoy llamando porque quiero reportar un caso aquí en mi negocio.

Estará hablando con la policía?.... Pensó Emely algo nerviosa.

Kiro: Yo necesito que por favor me digan que pasará con el pedido que hice hace unas horas, pedí unos botellones de agua y aún ustedes no se dignan en llegar, mis clientes se están yendo a otro establecimiento a comprar agua porque aquí no hay, por favor dígame si llamo a otra parte o los espero, pero sean sinceros.

Los nervios de Emely desaparecieron, pues sus temores no eran sólo por la posibilidad de que la policía investigara lo que le hacían en su casa, sino porque ella tenía miedo de que su madre le pegara más si llegara a darse cuenta de que ella expuso su situación. La niña sólo estaba tratando de portarse bien para que no le pegaran más.

Kiro pone en una bolsa de plástico las cosas que estaban escritas en la lista y luego saca de la caja registradora algunas monedas que sobraban del dinero que le habían dado a Emely para comprar aquellas cosas. Emely toma la bolsa, el dinero sobrante y a Randy para irse a casa.

Llegaron a casa Emely y su hermano, le entrega el dinero y la bolsa a Nathy y ella continuo preparando la cena, mientras Pablo estaba viendo el juego de Baseball. Pablo era un fanático del juego de Baseball, todos los días antes de llegar a casa, se detenía en un lugar de apuestas para apostar dinero a sus equipos favoritos, eso era casi un vicio, que joya!.... Pedofilia y ludopatía. La cena estaba lista, Nathy llamó a Emely, Randy y Pablo a la mesa para que pudieran comer.

Emely toma su plato y al estirar los brazos para tomar el plato en sus manos, Nathy pudo observar las marcas que le había provocado, sintió un poco de lástima, volteo su rostro para disimular la humedad de sus ojos provocada por la pena que sentía de ver a su hija marcada. Volteó a la mesa y comenzó a comer la cena.

Luego de terminar la cena, Nathy comenzó a recoger los platos para luego lavarlos, Emely se para de la silla para ayudar como todas las noches a Nathy. Nathy cómo un gesto de consideración, impide que Emely la ayude con los platos.

Nathy: Está bien!... No tienes que ayudarme, ve y juega un poco con Randy.

Emely se retira y busca su pelota para luego jugar con Randy mientras Nathy lleva los platos a la mesa del patio trasero para lavarlos como de costumbre. El patio trasero era compartido con otra familia, una pareja de esposos Eduvides y Gennaro, sus hijos, Alberto (el mayor) Jeimy, Eimy y Wendy (la más pequeña con 5 años de edad) ellos eran familiares de Analia ya que Eduvides era hija de Juanita y por lo tanto hermana de Analia. En ese patio trasero habían dos mesas y varios tanques de agua que llenaban para tomar el agua con la que limpian las casas ambas familias. Nathy llevó los platos a una de las mesas para comenzar a lavarlos, desde la intimidad de aquel pequeño patio a Nathy comenzó a ser invadida por la melancolía y empezó a llorar lentamente, recordó tantas cosas de su pasado y le dio tanta pena recordar también esas veces que le pegaba a su hija marcandola. Sus lágrimas caían en la espuma con la que lavaba los platos.

Terminó de lavar los platos y se secó el resto, con los platos en las manos, Nathy se dirigió a la casa para guardarlos y en la entrada llamó a Emely que estaba jugando con Randy en el patio delantero de la casa.

Nathy: Emely, guarda la pelota y empieza a buscar el cántaro, el jabón y las toallas para que tu y Randy se bañen.

Emely: Está bien ma'.

Emely guarda su pelota y obedece a su madre.

Al día siguiente, eran las 9 de la mañana, Emely nunca había dormido tanto, ya que todos los días Pablo la despertaba temprano para hacerls pasar por aquellas atrocidades, pero ese día no tuvo la oportunidad así que la niña después de mucho tiempo durmió tan a gusto y hasta esa hora, Nathy la despierta para que se bañe y luego despertó a Randy para luego darles el desayuno. Ese día Nathy no fue a trabajar ya que había pedido viernes y sábado libres y por lo tanto tenía tres días libres en casa incluyendo el domingo que como de costumbre era libre.

Al terminar el desayuno, una hora después Nathy sale de la casa con Emely y Randy para ir a visitar a una persona que acabó de llegar del pueblo del que venía Nathy. Mientras se retiraban Analia y su madre Juanita se encontraban en la puerta de su casa.

Analia: Por fin!... Una mañana buena para esa pobre muchachita.

Juanita: Ay mija, deja de sufrir tanto por cosas que no tienen que ver contigo.

Analia: Es también curiosidad mamá, a mi nadie me quita de la cabeza que el tal Pablo ese no es de fiar. Un hombre que se queda tanto tiempo a solas con una niña que ni es suya, a demás su mirada no me dice nada bueno.

Juanita: A porque tu eres bruja ahora!

Analia: Por qué el tiene que cerrar la puerta cuando le lleva comida?

Juanita hace silencio y se queda mirando a Analia sin tener una sola idea de que responder.

Juanita: A Dios hay que dejarle todo hija mía, el se encarga de poner todo en su sitio.

Una hora más tarde, Nathy, Emely y Randy, llegan a una casa ubicada a unos kilómetros de dónde ellas vivían, la casa estaba justo detrás de un campo de fútbol que era también utilizado para jugar Baseball, la casa era más grande que la de Emely. Una mujer de unos 28 años abre la puerta, su rostro se torna alegre al ver a Emely ya que esta mujer sentía mucho aprecio por la pequeña.

María: Hola mi niña hermosa.

Emely: Bendición tía.

María era la mejor amiga de Nathy, ambas crecieron juntas en su pueblo natal, ambas llegaron juntas a la capital para hacer sus vidas pero siguieron en contacto siempre, eran cómo hermanas, Nathy veía a la Madre de María, Ani, como si fuera su madre, ya que la suya había muerto antes de que Emely naciera. María tenía dos hijos, Massiel de 5 años de edad y Freddy José de algunos meses, con ellos vivían el esposo de María, José y una de las hermanas de María llamada Flor de unos 20 años.

María invita a pasar a Nathy, Emely y Randy, los dirige a la cocina que era algo grande y pide que por favor se acomoden cómo gusten.

María: Emely, Randy, quieren una galleta de chocolate.

Sí!.... Dijeron los niños.

María le entrega un paquete pequeño de galletas a Randy y luego se dirige a Emely para entregarle el suyo. Al poner el paquete de galletas en las manos de la niña, fue inevitable ver las marcas en las manos y brazos de su querida Emely. No pudo contralar su enojo, pero se aguantó un poco hasta hacer que los niños salieran de la cocina.

María: Vayan a jugar con Massiel mientras yo hablo con su mami.

Los niños se retiraron y se fueron a jugar con Massiel la hija de maría al patio privado de la casa. Al los niños alejarse, María explotó y empezó a reclamar.

María: Que le hiciste a la niña?

Nathy: Le pegué.

María: Pero por que tienes que ser tan animal con la niña cuando la castigas?.... A ti no te criaron así.

Nathy: Tu no sabes todo lo que yo paso con ella María, no hables sin saber.

María: La dejas a solas todos los días, sí ella fuera una niña con un mal comportamiento hace tiempo que le hubiera prendido fuego a la casa. Tu crees que comertela a golpes y marcarla como a una vaca, estás haciendo bien?.... Pero eso no me sorprende de ti, porque antes de meterte con la tonelada de sebo esa a la que llamas marido, la dejabas sola también.

Nathy: Tu no sabes como me mato para mantenerla, si tanto te molesta pues manténla tu.

María: Damela y verás que no tendría ningún problema en mantenerla.

Nathy: Eso lo dices de la boca para afuera.

María: OH sí?..... Tu crees?... Maldita abusadora del diablo.

Nathy: Mira María, yo sólo vine a visitar a Ani, ya que ella no está mejor me voy.

María: Mi mamá no está, se fue con Flor al mercado... Te vas porque no te gusta que te digan tus verdades a la cara verdad?

Nathy: Di lo que tu quieras María, tu no sabes ni como se levanta Emely y mucho menos como se acuesta. Yo soy quien le da techo, ropa y comida, pero es muy fácil para ti hablar disparates sin saber, es muy fácil decir cosas de la boca para afuera sin siquiera imaginar que tan duro me gano la vida quemandome en el sol buscando a quien venderle flores plásticas para poder llevarle comida a Emely y más ahora que estoy embarazada. Tu no sabes como es mi vida, pero bien que te das el lujo de maldecir y opinar.

María:Ah!... Ahora estás embarazada?

Nathy: Sí, tengo tres meses de embarazo. Y aún así no dejaré de calcinarme en el sol para buscarle comida a mis hijos, porque ya serán tres los hijos que tendré que mantener, aunque Pablo me ayude con las cosas, tengo por obligación que hacerme cargo de todas las cosas de Randy también, porque su papá no se sabe dónde anda. Yo seré muy bruta corrigiendo a Emely, pero sólo en cama dejaré de trabajar por ella y aunque el cansancio y la falta de razonamiento me ciegue a veces, ella es mí hija.

Nathy se para de la mesa y se dirige a buscar a sus hijos Randy y Emely, María se dirige a ellos y mira fijamente al rostro de Emely desesperada.

María: Emely mírame.

Emely: Dime tía.

María: Que es todo lo que te hacen en casa?..... No te preocupes por tu mamá, ella no te hará nada enfrente de mí, yo te defenderé.

Emely mira con miedo a su madre Nathy y a su tía María.

María: Emely, confías en mí?

Emely asiente con la cabeza y con un poco de vergüenza mira hacia abajo.

María: Pues dime!... Cuéntale a tu tía que te ama tanto que es todo lo que te hacen en casa.

Dulce cuarentena

Capítulos

C1. El comienzo de todo

Bajo la noche y las luces tenues de una de las calles de Madrid, un maserati levante GTS conducía elegantemente su trayecto, dentro de éste vehículo se encuentra William en la parte trasera manipulando su laptop poniendo en orden algunas cosas de sus múltiples negocios.

Segundos después, adentrándose un poco más a unas calles algo oscuras, William alcanza a ver a una chica con leggings negro deportivo y una sudadera gris, corriendo para ejercitarse. William no pudo evitar quitar la mirada sobre aquellas pantorrillas tonificadas y aquellos glúteos tan en su lugar, sin persar el le habla a su chófer.

William_ Henry, por favor ve más despacio.
Henry_ Como diga señor. William_ Estás viendo eso? Hery_Que cosa señor?.... La dama que se ejercita a mi derecha?

William_ Sí Henry.

Dijo William sin despegar sus ojos de aquella mujer formidable, verla era como ver una escultura en movimiento.

Henry_ Quiere que me detenga señor?

William_ No Henry, déjame seguir deleitando mi vista.

En ese momento, un vehículo rojo el cual no se le alcanza a ver la marca, rebasa rápidamente el maserati de William para poder llevar la delantera, al reducir la velocidad tan rápido, el maserati casi choca con este otro vehículo, William y Hery se quedan observando y muy atentos y preparados para un posible ataque o asalto, siendo William un empresario tan rico y poderoso cuya fortuna es incontable, era normal que algún intento de asalto surgiera en ese momento. Henry sacó un arma que siempre tenía bajo el asiento y la cargó, lista para la acción.

El vehículo baja sus cristales y por la ventana se asoman tres chicos, uno de cada lado del asiento trasero y otro que iba del lado del pasajero de la parte delantera, el vehículo sigue en marcha y éstos jóvenes comienzan a vociferar obscenidades. "Ven que te llevo negrita".... "Cuanto cobras"... "Estás sudada, ven que te seco con mi *****". Al ver que la joven sigue corriendo y más aún aumenta la velocidad, los jóvenes se enfurecen y arrojan sus bebidas sobre ella, venían aparentemente de una fiesta de esas que empiezan en la tarde, quizás se trasladaban a otro lado para seguir tomando. La joven se enoja y se detiene, voltea hacia el vehículo, mira a los jóvenes que aún continúan riendo y vociferando cosas, ella empieza a buscar en el suelo y se agacha para tomar algo, una piedra, la arroja con toda fuerza hacia el vehículo, lo más parecido a un jugador de baseball, la pedrada alcanzó a dar a uno de los cristales que estaban a medio bajar y termina rompiendolo. Uno de los jóvenes se enfurece y arroja una botella que termina en la cabeza de la chica, provocando una herida, ella corre lo más rápido posible y va a un cruce de calles que da a un callejón, el vehículo acelera y se dirige al callejón por dónde entró la chica.

Henry_ Señor, que hacemos?

William_ Sigue el vehículo.

De aquel vehículo cargado de imbéciles, se desmontan 5 sujetos, con edades entre 28 y algunos 37 años, totalmente furios, corren hacia la chica para pegarle e intentar abusar sexualmente de ella, pero sucede algo que no éstos chicos no esperaban. La joven se ha estado capacitando desde los 13 años en las artes marciales, especialmente Jiu-jitsu, los jóvenes empiezan a rodear a la chica, dos de éstos se les arrojan encima cómo perros salvajes pero ella los detuvo con unos golpes técnicos de ésta rama de las artes marciales, los arrojó al piso de un sólo golpe a cada uno, el tercero se arrojó rápido sobre ella pero éste tampoco corrió con suerte y en ese momento justo detrás de aquella escena, se escucharon tres disparos al aire. Era William con una Walther P99 de la cual descargó algunos disparos.

William_ Largo de aquí pequeñas bolsas de basura.

Aquellos jóvenes salieron adoloridos y aterrados de aquel callejón, William corre hacia la chica mientras Henry se que cerca del vehículo para cuidar la zona, William se acerca y la chica intenta darle un golpe, sólo que el amortiguo con otro, ya que el también tenía conocimientos de las artes marciales. Logra calmarla y le hace saber que el no tiene malas intenciones.

William_ Estás bien?

La joven lo mira pero no puede percibir su rostro, William se sorprende al ver que su rostro está ensangrentado, había salido mucha sangre de la herida que fue provocada por la botella que le arrojaron los abusadores aquellos.

William_ Tu necesitas un doctor.

Ella se toca el rostro y luego ve su mano toda llena de sandre, se asustó y accedió.

William hace que ella lo tome de uno de sus brazos y se dirigen juntos al vehículo para llevarla a un hospital. El dolor que insoportable provocado por la herida no es impedimento para que ella note lo fuerte que es su brazo. Llegan al hospital, unos doctores suben a la chica a una camilla y la ingresan a una sala privada para poder suturar la herida, ella aún no puede ver a el ángel que la salvó. 20 minutos después, una vez suturada la herida, entra por aquella puerta de cristal, un hombre de unos 6 pies de altura, tez blanca, ojos claros (azules), pelo negro y bien fornido.

Se dirige a la joven con una sonrisa diciendo.

William_ Hola, soy William Cambridge.... Ha sido un placer ayudarte.

La joven se queda atónita, no puede creer que ese galán de cine ha sido quien la ayudó, pero muy amablemente y con disimulo de su asombro responde.

Samantha_ Soy Samanta, gracias por ayudarme.

William mira atentamente la sutura de Samantha, por fortuna la herida no fue provocada en el rostro, sino en una parte del lado izquierdo de la cabeza, casi en la sien.

William_ Menos mal que fue en esa parte, había sido una lástima que tan bello rostro fuera marcado de esa manera.

Samantha se sonroja y con algo de vergüenza responde.

Samantha_ Gracias!

William_ Que hacías a esa hora en la calle?

Samantha_ Me ejercitaba.

William_ Imagino para que.... Peleas muy bien.

Samantha_Gracias!

Es hora de irse, ya todo está en orden, Samantha se para de la camilla, sale junto a William de la sala y cuando pide la cuenta del hospital, una joven muy amable se dice "ya está todo pago", Samantha se percata de que ha sido el apuesto caballero y lo mira.

Samantha_ Por qué hiciste eso?

William_ No ha sido nada no te preocupes.

Samantha_ Es que no me siento cómoda.

William_ Pues tómalo cómo un préstamo.

Samantha_ Bien!... Así está mejor.

William_ Permiteme llevarte a tu casa.

Samantha pensó que si William la llevaba a casa ella podría subir a su apartamento, buscar su monedero y pagarle a William la deuda del hospital.

Samantha: Sí, gracias.

Llegaron a un edificio de 10 niveles, William se desmonta del vehículo para abrirle la puerta a Samantha, ella pensó "Wowww, que caballeroso es". Samantha desmonta del vehículo.

Samantha_ Yo vivo en el piso número 6, subiré a mi apartamento por mi cartera para así poder pagarle, me puede por favor esperar aquí?

William_ No te preocupes.

Samantha_ Tomaré eso como un sí.

Samantha entra al edificio y mientras camina por el pasillo antes de llegar a ascensor, la encargada de la recepción la llama.

Lola_ Hey, tú!... Muchacha.

Samantha no se detiene pues sabe cuales son las intenciones de Lola. Lola es una mujer de 40 años, tiene 20 años cómo encargada de cobrar la renta, es una persona amargada porque siempre quiso ser una actriz de películas pero por algún motivo no logró sus sueños. De alguna manera u otra ella necesita descargar su ira con alguien y como Samantha es de otra nacionalidad y otros rasgos físicos y faciales, a ella le sienta de maravilla usar un tono altanero con Samantha como manera de desquitarse.

Samantha entra a su apartamento y se dirige a su habitación en dónde tiene su cartera, saca de ella unos billetes y luego se retira, toma nuevamente el ascensor y llega al lobby. Sale y no ve a nadie en la calle, William se había marchado. Ella se siente algo molesta, porque ahora tiene una deuda con un desconocido.

Vuelve al lobby y se encuentra de frente con Lola, que con un tono arrogante le dice.

Lola_ Parece que no escuchaste cuando te estaba llamando.

Samantha_ Que desea señora Lola.

Lola_ Señora no, señorita!... En fin, sólo quería recordarte que mañana hay que pagar la renta.

Samantha _ Y de cuándo a dónde los inquilinos tenemos tanta presión un día antes de pagar?.... Si es mañana, es mañana, no hay que joder tanto.

Lola_ El mes pasado pagó usted 15 días después, no puedo permitir que haya ese tipo de atrasos.

Samantha_ Bueno Señora Lola, escuche lo que vamos a hacer, usted ve ésto que tengo en la cabeza?.... Esto me trae como loca así que yo necesito ir a mi apartamento y cómo el día de la renta es mañana usted y yo no tenemos nada de que hablar hoy... Pase buenas noches, DOÑA LOLA.

Samantha se retira a su apartamento mientras Lola se queda susurrando insultos.

C2. reencuentro fallido

Samantha llega a su apartamento y se dirige al baños para ducharse, entra y se mira al espejo para revisar su herida, toma unas tijeras y una máquina para poder cortar su pelo, ella sabía que si no lo hacía se le complicaría peinar su pelo por los puntos de sutura, cortó su pelo del lado de la herida.

Sale del baño y se dirige a su habitación para intentar dormir. Al día siguiente, se levanta y se dirige al pequeño comedor, encuentra allí a Didi, su mejor amigo con quien comparte apartamento ya que lo poco que consigue le alcanza a penas para mantenerse. Ella, busca una jarra con jugo que hay dentro de la nevera, un vaso vacío y luego se sienta en la mesa con Didi.

Didi_ Noooo!... Que te hiciste en el pelo Sam?

Samantha_ No te gusta?

Didi_ Sí me gusta pero no creí que te gustara este estilo.... Déjame verlo.

Didi vio la herida de Samantha y se sorprendió.

Didi_ Oh por Dios Sam!... Que te pasó?

Samantha_ Anoche cuando salí a correr, unos tipos en un vehículo, se acercaron para decirme porquerías, yo seguía corriendo para ignorar, uno de ellos se molestó y me arrojó una bebida, me molesté, tomé una piedra y le rompí un cristal al vehículo, me lanzaron una botella y el golpe dio a parar ahí en mi cabeza. Yo corrí hacia un callejón.

Didi_ Hacia un callejón?.... Pero porque hacia un callejón?

Samantha_ No sé, supongo que pensé que tenía salida, lo confundí con otro que conocía, hice una ruta diferente y no recordaba bien los atajos. El caso es que me acorralaron en el callejón eran cómo 4 o 5.

Didi_ Pero me imagino que les partiste sus madres a todos verdad?

Samantha_ Más o menos, a tres de ellos los dejé inconsciente, pero la sangre me nubló la vista y no pude ver casi nada más. En ese momento, un hombre salió de la nada y comenzó a disparar al aire, fue ahí dónde se marcharon, el hombre me llevó al hospital y así fue cómo pude salir de ahí.

Didi_ Woww!.. Que película viviste.

Y como un cara de atrevimiento Didi se acerca un poco más a Samantha.

Didi_ Y!.... Estaba guapo?

Samantha_ No!.... Estaba guapísimo... La perfección hecha hombre, tenias que ver aquello Didi, parecía de mentira.

Didi_ Y que pasó al final?... Le diste tu número?... Te dio el suyo?.... Que?.... Cuéntame.

Samantha_ No pasó nada al final Didi, acepté que me trajera para poder subir por mi cartera y pagarle la cuenta del hospital, cuando bajé ya se había ido, no tengo su contacto, lo único que tengo de el es el nombre, me dijo que se llamaba William no se qué, su apellido es algo raro, no es español lo pude notar por su acento.

Didi se pone la mano en la cara como lamentándose.

Didi_ Ese pudo haber sido el futuro padre de tus hijos y tu ni siquiera le diste tu número.... Yo no lo puedo creer de verdad.

Samantha se para del comedor, toma su cartera y luego se va.

Samantha_ Nos vemos Didi.

Didi_ Suerte!….

Samantha entra al ascensor y mientras baja
A Lola le entregan un ramo enorme de rosas, ella lee la tarjeta, la rompe y luego la tira a la basura y se retira con el ramo de rosas para buscar un jarrón con agua donde ponerlas.
Samantha llega al lobby y sale del edificio para dirigirse a un taxi.

Lola llega nuevamente al lobby y coloca las rosas en el mostrador de aquel modesto lobby. Samantha llega a su destino, entra a un edificio muy lujoso, todos se quedan viendo su pelo y sus rasgos físicos y faciales, no era tan común ver a una mujer con esa descripción en aquel edificio. El edificio era una empresa, necesitan a una recepcionista, Samantha había estudiado administración de empresas en su país natal para luego irse a España en busca de mejores oportunidades, pero la expectativa se vio muy alejada de la realidad a llegar a España, ya que es un país con un sistema y una cultura muy distinta a la de su país. Ella no perdió las esperanzas y fue de trabajo en trabajo.

Llegó al piso correspondiente al anuncio, toma un ticket y espera. Luego de unos 15 minutos, es su turno de entrar para ser entrevistada, ella entra a la oficina y un hombre de algunos 48 años la invita a sentarse. La entrevista no dura mucho, ella sale casi 5 minutos después con cara de decepción, mira a las demás personas que están ahí y se retira.

Mientras Samantha se dirige nuevamente a casa, fuera del edificio dónde vive se parquea un maserati levante GTS color negro, todos los que pasaban por allí se quedan asombrados de ver semejante vehículo. Lola alcanza a ver aquel vehículo, sale detrás del mostrador y se dirige a la puerta del lobby, mientras ella camina hacia la puerta, de aquel vehículo tan lujoso sale William. Lola se queda boca abierta al ver semejante momento de hombre vestido de marcas caras. William saluda cortesemente a Lola, ella casi no puede hablar, el perfume de aquel ángel caído del cielo tiene bloqueados
sus labios, está completamente hipnotizada.

William_ Muy buenos días bella dama, necesito información sobre una joven que vive en éste edificio.

Lola_ Venga, pase.

William entra al lobby para poder hablar
poder hablar con Lola.

William_ Necesito saber si es posible, si se encuentra la joven Samantha en su apartamento.

A Lola la invaden los celos y la ira al escuchar que aquel príncipe de cuentos pregunta por Samantha así que trató de intrigar en contra de ella. Pero su intento por ensuciar la imagen de Samantha, fue en vano pues William es un hombre muy astuto y se percató inmediatamente de que el ramo de rosas que había enviado no llegó a las manos apropiadas, pues están justo en frente suyo.

Lola_ Lo lamento, hoy no la he visto. Ella a veces no llega a dormir.

William_ Y sabe usted cuando más o menos la puedo encontrar.

Lola_ No podría decirle, es que esa joven viene y va.

William_ OK!... Entiendo...... Mire, ésta es mi tarjeta, en cuanto ella regrese dígale que se ponga en contacto conmigo.

Lola_ Así lo haré, no se preocupe.

William se retira y Lola se queda observando el caminar de aquel hombre tan apuesto, parecía un caballo de paso fino su elegante andar. Lola mira la tarjeta y cómo un suspiro lee el nombre que estaba escrito en ella.

Lola_ William Cambridge.

Se sorprende porque ese nombre era el mismo nombre que tenía la tarjeta del gran ramo de rosas, se queda un poco intrigada y con algo de vergüenza al pensar y preguntarse a la vez si William pudo darse cuenta de que eran las mismas rosas que el envió. Guarda en sus senos la tarjeta y se queda viendo como William se marcha en su vehículo.

30 hora después llega Samantha al edificio dónde vive, entra al lobby y ahí está Lola esperándola. Con el acostumbrado gesto de arrogancia, Lola se dirige a Samantha llamándola antes de subir al ascensor.

Lola_ hey!... Tu!

Samantha_ Sí, lo sé!.... Ahora voy por el dinero de la renta, tienes algo más que decirme?

Lola se queda mirándole y analizando si le da el recado de William, pero también recordó que es de las que detesta la felicidad ajena y más si se trata de Samantha así que no le dio el mensaje.

Lola_ No, nada más!

Samantha sube al ascensor para ir a su apartamento. Llega y ve a su amigo Didi en el sofá viendo la televisión, muy optimista le pregunta cómo le fue en la entrevista, Samantha con cara de decepción y desanimada le lesponde.

Samantha_ Hoy no hay buenas noticias.

Didi_ No!... Que sucedió?

Samantha_ Me entrevistó un gordo estúpido, le mostré mi currículo y lo único que hizo fue mirarme las tetas ( que de hecho estaban bien cubiertas) mientras yo le comentaba sobre mis experiencias laborales. Al final lo único que me dijo fue que el puesto no era para alguien cómo yo, que mejor tomara su número para hablar mejor entre otras cosas.

Didi_ Y tu que le dijiste a ese cerdo?

Samantha_ Nada, sólo me puse de pie y me retiré de ese lugar, si me quedaba le partía la cara y ya no quiero más problemas. Estoy tan desencantada Didi, siempre termino mal, cuando no es por mi color de piel, es por mi nacionalidad, y cuando no es por eso es por otra cosa y yo no puedo quedarme sólo con las clases que imparto en el Gimnasio, eso a penas me alcanza para pagar mi parte de la renta y comprarme una caja de cereal.

Algo triste se recuesta en el hombro de Didi.

Didi_ Las cosas aquí no son tan fáciles, antes de trabajar en la disco, tuve que pasar por las peores humillaciones, un grupo doblemoralista y homofibico, me hizo la vida imposible, me apuntaban con el dedo por ser Gay, incluso una vez saliendo de mi antiguo trabajo, me pegaron hasta más no poder, mientras me pegaban decían cosas horribles con relación a mi orientación sexual. Pero sabes que!... Me vale!

Ahora me importa un carajo si me aceptan o no, yo valgo demasiado, soy el mejor bartender que tiene toda la zona y me la disfruto, tu eres muy valiosa también. Si quieres le llamo a mi jefe para que te de empleo en la discoteca.

Samantha_ Harías eso por mí?

Didi_ Hasta más querida amiga.

Samantha_ Gracias!

Samantha le da un fuerte abrazo a Didi y luego se pone de pie.

Samantha_ Debo ir a pagarle a la bruja de Lola, prefieres pagarle tú o que?

Didi_ Ay no!... Toma mi parte de la renta, está sobre el gavetero que está en mi habitación.

Samantha, va a la habitación de Didi toma el dinero y luego se retira del apartamento. Mientras Samantha se dirige al ascensor, Didi toma su celular para llamarle a su jefe.

Didi_ Sí, hola!

Samantha llega al lobby y al ver que Lola no está, la espera mientras observa el gran ramo de rosas, Lola llega.

Lola_ Te gustan mis rosas?

Samantha_ Están bonitas, de verdad.

Lola_ Gracias, me las envió un enamorado secreto.

Samantha sonríe un tanto burlona.

Samantha_ Ya!

Lola_ Que es gracioso?

Samantha_ Los gustos raros que tiene la gente hoy en día.

Lola se incomoda un poco por el intento de ofensa que le ha hecho Samantha

Samantha_ Aquí tienes el dinero de la renta.

Lola le da a firmar un recibo y Samantha se retira a su habitación.

Samantha llega al apartamento y se queda mirando a Didi que la esperaba de pie frente a la puerta.

Didi_ Hoy comienzas a trabajar en la disco.

Ambos gritan de emoción y se abrazan, Samantha emocionada le da las gracias repetidas veces.

Didi_ Serás parte del staff de seguridad de la disco, le dije a mi jefe que tenerte en la discoteca era cómo tener al mismo Jackie Chan.

Samantha_ No sabes cuanto te lo agradezco.

Didi_ Tienes que ir vestida de negro, allá te facilitarán un saco a tu medida, les he dado tu talla.

C3. Finalmente!

Dan las 6:30 de la tarde, Didi se arregla porque tiene que llegar a tiempo al trabajo junto a su amiga Samantha, deben estar a las 7:00 pm. en la disco y hoy justamente, deben estar temprano ya que es el primer día de trabajo de Samantha.

Samantha entra a la habitación de Didi.

Didi_ Wowww!.. Pero que guapa estás!

Samantha_ No exageres.

Didi_ Como que no exagere?.... Con esos jeans ajustados y esa blusa, tremendo cuerpazo que tienes y que no exagere.

Samantha_ Me encantas, porque me dices lo que quiero escuchar mirándome con los ojos del alma.. Jajajjajajajaja

Ambos ríen a carcajadas.

Vamonos de aquí dijo Didi ya listo para marcharse.

Llegan a la disco y el gerente de la disco le muestra todo el lugar junto a sus empleados a Samantha.

Jhon_ Ya sabes lo que tienes que hacer?

Samantha_ Sí, gracias.

Jhon_ Me preocupan esos jeans, como harías tu para darle una patada a alguien, en situaciones de apuros?

Samantha_ Hay técnicas suficientes para no recurrir a una patada y en caso extremo, éstos jeans son elásticos, son perfectos.

Jhon_ Perfecto!.... Ve con Lenny para que te entregue tu saco, es lo que usa el personal de seguridad como uniforme.

Samantha_ Gracias señor Jhon!

Jhon se marcha del lugar, pues tiene que descansar un poco antes de volver a la disco, el se queda ahí hasta el cierre.

Samantha termina de colocarse el saco y se acerca a Didi.

Didi_ Pero mira nada más!... Pareces una espía con esa ropa, toda una mujer de acción.

Samantha_ No juegues conmigo, emparece que voy a un funeral Jajajjajajajaja.

Didi_ Estoy muy emocionada de que trabajemos juntas.

Samantha_ Yo más!

Mientras Samantha y Didi esperan la apertura de la disco conversando en el bar, en el edificio dónde ambos viven se vuelve a presentar la visita de William, el aún no se da por vencido, un hombre como William tiene la potestad de rastrear a cualquier persona en cualquier parte del mundo moviendo sus influencias utilizando su poder, pero en éste caso, el está siendo totalmente respetuoso, pues tiene la certeza cómo el hombre sabio que es, de que Samantha es esa chica honesta y con valores que toda la vida pretendió encontrar. Y es que para un hombre cuya familia ha tenido poder y grandes riquezas desde generaciones, era muy difícil encontrar una joya como ésta, Samantha!.

William entra al lobby y al ver que no hay nadie, se sienta en uno de los modestos sofá que se encontraban ahí. Lola sale del Ascensor y se sorprende de volver a ver a William, arregla disimuladamente su pelo y se dirige a él un poco coqueta.

Lola_ Que le trae por aquí de nuevo?

William_ Buenas noches dama, he tenido que regresar porque me temo que el recado que he dejado para joven Samantha no llegó a su destino. Necesito saber si ella se encuentra.

Le pregunta algo sombrío mientras mira el ramo de rosas. Lola se da cuenta inmediatamente de que William sabe que el ramo de rosas es el mismo que el envío. Así que buscó en su mente algo lógico que decir.

Lola_ Bueno!... Le diré la verdad... Hoy no la he visto, quizás esté aún en su apartamento desde anoche o quizás no ha llegado, mire, no le estoy mintiendo, aquí está todavía el ramo de rosas que usted envió, supe que fue usted porque los nombres de las tarjetas coinciden.

William_ Entonces debe de haberle pasado algo si aún sigue en su apartamento, yo la traje anoche.

Llena de todos las malas sensaciones al escuchar que Samantha estuvo con él, Lola continuó con la idea de hacer quedar mal a Samantha ante los ojos de William.

Lola_ No creo que le haya pasado algo, ésto se ha vuelto costumbre con esa chica.

William_ A que se refiere?

Lola_ Es que me da pena decirle, pero ya que usted se ha tomado la molestia de venir en varias ocasiones, me temo que tendré que decirle. Verá usted, casi todos los meses, ella se atrasa con el pago de su renta, siempre desaparece por una o dos semanas para evitar verme y así no pagar, porque no permanece mucho tiempo en sus trabajos.

William_ Que mal!.... De cuanto estamos
hablando?... Cuanto le debe?

Lola no puede creer lo que está escuchando, de verdad este apuesto galán está dispuesto a pagar la renta de Samantha?.... Siente algo de remordimiento al saber que está a punto de recibir dinero por una mentira, pero no puede retractarse de lo que ha dicho porque sería ella quien quedara mal ante William. Así que continúa el engaño, le dice la cantidad, William saca su chequera y le da el doble de la cantidad.

Lola_ Pero ésto es más de lo que debe Samantha.

William_ Lo sé!

Lola_ Quiere que le haga un recibo para el próximo mes?

William_ No!... Quiero que usted se quede el dinero, es lo que va a pasar cuando yo me vaya, no?...... Usted no hará ningún recibo y se quedará con el dinero.

Lola baja la mirada con algo de vergüenza y casi sin voz le dice a William.

Lola_ Usted me ofende señor.

William_ Se ha ofendido usted misma por tratar de estafarme. Mire ese ramo de rosas, tenía una tarjeta cuando lo envié y ya no la tiene, lo que significa que usted manipuló las cosas para que no llegara a manos de Samantha, con esto puedo deducir que todas sus palabras han sido una total mentira. Pienso que éste cheque será lo suficiente para que usted deje de mentir y de una vez por todas pueda dar mis mensajes. Puede quedarse con las rosas, pero si usted no entrega la tarjeta, yo volveré. Me escuchó?

Lola_ Perfecto y claro señor.

William se retira del lugar y deja a Lola con cara de vergüenza, se siente tan humillada y segundos después de que William se marcha, ella empieza a llorar porque se acaba de dar cuenta de que es una mala persona, pues le intentó hacer daño a alguien sin ningún motivo, se siente incómoda con ella misma, pues siente que su frustración ha venido arrastrando con ella a personas inocentes.

Dan las 4:00 a.m. Samantha y Didi llegan al edificio, riendo a carcajadas, parece que tuvieron una muy buena noche de trabajo. Suben a su apartamento y antes de entrar a sus habitaciones, se despiden.

Samantha_ Gracias Didi!... Te adoro.

Didi_ De nada querida amiga, yo también te adoro.

Sierran la puerta de sus habitaciones y se acuestan en sus camas. Horas después, dan las 8:00 a.m. Lola llega al lobby y al ver las rosas, recuerda la conversación que tuvo con William la noche anterior, empieza a buscar la tarjeta para poder ir al apartamento de Samantha y entregársela, busca por todas partes, pero no la encuentra, abre cajones, levanta floreros y nada, busca hasta por debajo de uno de los sofá pero no encuentra nada aún, buscó y buscó pero no encontró la tarjeta. Finalmente se da por vencida y deja de buscar, se decepciona tanto de ella misma, que un sentimiento de culpa la obliga a subir con el ramo de rosas e intentar disculparse con Samantha y comentarle que William la ha estado buscando.

Llega a la puerta y toca el timbre varias veces, pero tanto Samantha con Didi se han puesto unos tapones para oídos, necesitan descansar. Finalmente Lola se cansa de tocar el timbre y vuelve al lobby con las rosas.

En ese mismo momento, del otro lado de la ciudad, se encuentra William aborda su maserati para dirigirse al edificio dónde vive Samantha. Recibe una llamada.

William_ Sí?

Esta es una llamada muy importante
tanto que tiene que viajar a Italia en dos horas así que le pide a Henry, que cambie de dirección.

Transcurren días y semanas, la vida de Samantha sigue igual, Lola no le pudo comentar sobre los mensajes de William porque el no volvió y el
temor de decirle que William la estuvo buscando, le impide hablar, pero se armó de valor. Samantha llega del gimnasio y justo antes de subir al ascensor Lola la detiene.

Lola_ Samantha!

Samantha_ Lo sé!.. Mañana hay que pagar la renta.

Lola_ No es de eso que quiero hablarte.

Samantha_ Pues dime, pero si es extenso podemos hablar mañana.

Lola_ Será breve.

Samantha_ Te escucho.

Lola_ Te quiero pedir disculpas.

Samantha_ Ah sí?.....

Lola_ Hace unas semanas ya un mes creo, un hombre muy apuesto vivo varias veces preguntando por ti, de hecho hasta te dejó un ramo de rosas, ese que te dije que era mío.

Samantha_ Pero que hija de p**ta eres!

Lola_ Lo sé!... Pero no me siento orgullosa de lo que hice, te dejó una tarjeta y se me perdió, pagó la renta de tu apartamento para dos meses. Mira yo se que quizás no me perdones, pero sólo quería quitarme éste peso de encima disculpándose, puedes estar tranquila por la renta del departamento, si sumamos los dos meses que me dio y el que acababas de pagarme, son tres meses pagos y cómo ya se cumplió uno, pues ustedes pueden estar tranquilos por dos meses más.

Samantha la mira y de la rabia tan grande no le respondió así que sólo se marchó diciendo enojada y en voz alta.

Samantha_ Perfecto!.... Ahora también le debo dos mese de renta.

Llegó a su apartamento y cerró con fuerza la puerta, respiró por unos segundos y al pensar que aquel galán había vuelto por ella, la puso tan felíz que pegó un grito de emoción. Didi sale de su habitación al escuchar a Samantha gritar.

Didi_ Estás bien?

Samantha toma de ambas manos a Didi para dar vueltas mientras con toda emoción le dice.

Samantha_ Estoy feliizzzz.

Samantha le cuenta lo que le ha dicho Lola y Didi también pega un grito de emoción. Una hora más tarde, ambos se van a la disco a trabajar.

Samantha hace un pequeño recorrido por el lugar unas cuantas veces luego de unas horas, tiene que asegurarse de que todo está bajo control, finalmente ella se detiene en una especie de plataforma justo donde puede ver a casi todas las personas del lujoso club nocturno. Mientras ella observa a las personas en la disco alguien se dirige hacia ella, se le acerca al oído y con una sutileza única le dice "finalmente", al sentir aquel tono de voz tan varonil, ella se da la vuelta y...... Sorpresa!... Es William, se quedan mirándose a los ojos por unos segundos, sus labios no pronuncian ni una sola palabra, aunque la música del lugar era algo movida, ellos escuchan dentro de sus cabezas, cómo una romántica sinfonía se apoderaba de sus oídos llegando hasta sus almas, causando escalofríos en sus corazónes erizando sus pieles y provocando las emociones más bellas que jamás ningún ser humano haya podido sentir.

Finalmente ella rompe el silencio, se acerca a él, mira sus ojos que son azules como el agua de la playa y su mirada profunda como el océano, se acerca más y más, aquello parece una escena de un libro de amor, así tan perdidos el uno del otro en medio de la multitud y las luces coloridas de la discoteca. Ella llega a poco sentimetros de su rostro, a él lo cubren las las ansias y le dice entre pensamiento "Que esperas, besame por favor".

Ella desvío su cara y se acercó a su pido derecho sólo para decir.

Samantha_ Hola!

Es lo único que se le ocurre en ese momento.

C4. Te quedas?

William_ Hola!

Samantha_ Me dijeron de tus rosas y tus. mensajes, por que no volviste?

William_ Estuve viajando por negocios.... Y tú?.... Que haces aquí?

Samantha_ Estoy trabajando, soy parte del staff de seguridad de éste lugar.

William_ Y desde cuando?... Por que no te había visto antes?

Samantha se queda un poco pensativa, pensando "imagino que está acostumbrado a venir, siendo éste un lugar tan lujoso, no dudo que venga seguido a buscar mujeres".

Samantha_ Tengo un mes trabajando aquí.

William_ Ah!... Es por eso que no te he visto.... Quieres venir a mi mesa?.... Quieres acompañarme?

Samantha_ Cómo te dije, estoy trabajando.

William_ Entre querer y poder hay una línea muy fina..... Quieres acompañarme?

Samantha_ Lo siento!... No quiero ser despedida.

William_ Ah!, es eso?

William llama a Henry y le dice algo al oído.

Henry_ Como ordene señor.

Henry se retira.

Samantha_ Que le dijiste?

William_ Espera, ahora te explico.

Unos minutos después, no muy extensos, Henry regresa junto a Jhon, el gerente y jefe de todos los empleados del lugar.

Jhon_ Señor Cambridge, en que puedo ayudarle?

William_ Le he pedido a la señorita aquí presente que me acompañe esta noche a mi mesa, pero ella cómo es muy responsable, teme que la despidan si acepta. Podrías permitirle a la joven que acepte mi propuesta?

Jhon sonríe, mira y se dirige a Samantha casi riendo a carcajadas.

Jhon_ Samantha, yo no podría despedirte si aceptas, ya que el es él dueño de todo ésto..... William Cambridge es el dueño de la discoteca.

Samantha, totalmente sorprendida y boca abierta, mira a William.

William_ Entonces!.... Quieres acompañarme a mi mesa?

Samantha_ Está bien.

William, Samantha y Henry se trasladan a uno de las salas vip de la lujosa discoteca. Llegan a la mesa, antes de sentarse William toca con delicada el saco de Samantha para ayudarla que quitárselo. Al quitarle el saco, William pueda ver por el escote, aquella espalda perfecta, lo que lo hace interesarse más aún en Samantha.

Samantha_ Gracias!

La parte de la disco en la que están, queda al otro extremo de uno de los bares, éste es en dónde se encuentra Didi, esta posición le permite ver a su amiga Samantha. Viene a su amiga compartir con aquel apuesto galán y de paso sabiendo quien es el, comienza a hacerle señas para que ella se dirija al bar.

Samantha_ Con tu permiso, vuelvo en un momento.

William_ Que necesita?

Samantha_ Debo ir al bar del frente.

William_ Si quieres puedo llamar a una camarera.

Samantha_ No, es que mi amigo me está llamando.

William_ Cuál?... Ese de allá?

Samantha_ Sí.

William_ Pues invite os a tu amigo a que venga a la mesa con nosotros.

Samantha_ De verdad?

William_ Claro.

William le pide a Henry que vaya al bar y busque a Didi. Henry se dirige al bar y ejecuta la orden que le ha dado William. Henry llega a la mesa con Didi y le agradece a William su invitación. Un poco intrigado, Didi pide permiso para llevarse a Samantha a un rincón y conversar brevemente con ella.

Didi_ Que está pasando aquí Sam?

Le pregunta emocionado.

Samantha_ El me invitó, es el quien me salvó la noche aquella y todo lo demás.

Didi_ Nooooo!.... No lo puedo creer!... El señor William Cambridge ha sido quien ha visitado el edificio por ti?..... Te sacaste la lotería amiga, ese es el amo de los amos.

Samantha_ No me he sacado nada, ese señor y yo no tenemos nada.

Didi_ Cómo?.... Si yo fuera tu me enganchara a el con las garras para no soltarme, sabes quien es él?... Puedes por lo menos imaginarlo?

Samantha_ Sí, me dijiste, es el amo de los amos y no se que cosa más, el caso es que acepté su petición de acompañarlo nada más.

Didi_ Ajá!

Samantha_ Didi, no es bueno ilusionarse sin conocer bien a las personas, no se si tiene novia, esposa, amante, no se nada de él. Sólo se que es muy rico, guapo, atractivo, sexy......

Mientras Samantha dice esas cualidades mira a dónde está sentado William y lo mira con admiración casi hipnotizada.

Didi_ Ves?..... Te gusta, te encanta y eso no lo puedes negar.

Samantha_ No, no puedo.

Didi_ Pues vive tu noche amiga, disfrutemos.

Ambos vuelven a la mesa. Transcurre una hora, las luces de la disco empiezan a tornarse de color rojo, unas cuantas se apagan y el dj pone una canción romántica (el escenario perfecto para desarrollar más la atracción que sienten William y Samantha).

William_ Bailas?

Le pregunta con una mirada seductora a Samantha, ella acepta sin palabras levantándose de su asiento y tomando la mano de William. En la pista de baile, reservada sólo para el vip, William aprieta la delgada sintura de Samantha, ella está atontada por el mágico perfume que percibe al juntar su cabeza en aquel pecho tan varonil de William. Ella levanta lentamente un poco la cabeza para mirarlo, aunque la luz roja intrusa impide un poco ver el color de los ojos de William, ella queda atrapada en aquella penetrante y profunda mirada, el por su parte, siente como un escalofrío se apodera de su cuerpo desde los pies hasta la cabeza, quedando total y completamente su mente fuera de sitio, ambos se miran con pasión, no les importa quiénes están en el lugar, sólo quieren quedarse mirándose a los ojos sin importar cuanto tiempo pase, pues eso les hace sentir cómo en el paraíso.

La canción casi concluye, ellos ya no pueden más, sus labios (los de ambos) están tan humedecidos que parecen cómo si dentro de poco fueran a babear, ella es como un volcán a punto de estallar y él, pues, él es como un hombre lobo en plena luna llena. El aprieta con más fuerza la cintura de Samantha pegandola a su ingle, ella siente como esa parte baja de William se torna dura, sentir eso hace desbordar los caudales de agua de aquel manatial que corre por aquella parte baja de su órgano reproductor. Juntan poco a poco sus rostros, hasta quedar un confinamiento estrecho entre ambas narices y cuando por fin sus labios quedan entrelazadas, los nervios asaltan a Samantha impidiendo seguir acariciando los labios de William con los suyos.

Samantha_ Debo ir al tocador.

Ella se despega de él para huir al baño, pero el la hala del brazo pegandola a su pecho, mirándola a los ojos y con sus labios casi en los suyos le diciendo.

William_ No tardes.

Ella se dirige al baño con una sonrisa en sus labios, llega y apoya su frente en una de las paredes del baño, la chica que se encarga de mantener la higiene y el control en el baño la mira y le pregunta algo ocupada ( ya que la conoce)... " estás bien Samantha?"... Samantha se da la vuelta, suspira profundo y responde " estoy perfectamente".

En la puerta de la disco, aparece una mujer de algunos 27 años de edad, viste ropa cara, su color de piel es moreno, casi parecido al de Samantha, es alta y delgada. Todos observan el espectáculo que es verla caminar, llega a la puerta y el portero la saluda "señorita Paula, bienvenida".... Ella responde con el rostro erguido, buenas noches. Ella entra a la disco y busca con la mirada, no busca mucho porque ya sabe a dónde va y se percata de que encontró lo que buscaba, apunta su mirada justo al vip. En seguida se dirige a esa parte de la disco, Didi que estaba junto a William nota que alguien en la pista de baile principal, lo llama haciendo gestos y señas, el pide permiso y va enseguida pues quien le ha hecho señas es su novio que llegó para verlo, bajando las escaleras del vip se tropieza con Paula, ella un poco molesta pues casi arruina su vestido de marca al dejar caer al piso un poco de la bebida que lleva Didi, le reclama.

Paula_ Que te sucede?.... A caso estás ciego?

Didi la reconoció inmediatamente y supo que algo no saldría bien esa noche.

Didi_ Mil disculpas señorita Paula.

Ambos siguen sus caminos, Paula continúa subiendo las escaleras y Didi continúa bajando, preguntándose que hace ella aquí.

Didi llega a dónde está su novio y le da un beso cómo saludo.

Rafael_ Por qué no estás trabajando hoy?

Didi_ El señor Cambridge nos invito a Samantha y a mi a su mesa esta noche.

Rafael_ Que bien!

Didi_ Sí, pero por lo visto, esto no terminará cómo se planeó.

Rafael_ Por qué?

Didi_ Mira quien llegó.

Señalando al sitio vip, Rafael también reconoce a Paula, el es fotógrafo y conoce a muchas modelos especialmente a Paula por su forma de ser tan arrogante y sus historias con otros modelos y fotógrafos.

Paula llega y se acerca a William, lo mira fijamente, el se pone de pie.

William_ Que estás haciendo aquí?

Ella no responde, se acerca más, tira de la chaqueta de William y lo besa en la boca. Samantha presencia esa acción, pues hace unos segundos que salió del baño, siente cómo se cierra la boca de su estómago y una sensación de desencanto surge en ella. No continúa caminando hacia el vip, no sube las escaleras pues ella sabe que está de más su presencia en ese lugar, cambió de dirección para salir de la disco pero su amigo Didi la detiene tomándola del brazo.

Didi_ Hey!... A dónde vas?

Samantha_ Me voy, aquí ya estoy sobrando.

Didi_Lo dices por la jirafa esa?..... Por favor Samantha, piensas marcharte y dejarme ésta noche?.... Te vas y no te quedarás a disfrutar conmigo sólo porque esa z**rra vino a intentar dañarlo todo?... En serio?.

Samantha_ Lo siento Didi.

Didi_ Me importa un c**ño, tu te quedas y seremos las p**tas reinas de la noche y que se joda el mundo.

Samantha_ Estás borracho?

Didi_ No, pero pronto lo estaré, contigo, mi mejor amiga.…. Te quedas?

Samantha sonriendo le responde a Didi

Samantha_ Vale, me quedo.

Esa es mi amiga vengaaaaaaaaaa, llega Rafael con dos tragos y le quita uno más a la camarera que le está pasando al frente, brindan los tres pegando sus vasos, "Salud!.... A nosotros", Rafael y Didi se toman de golpe sus tragos y se dan un beso mientras Samantha con cara de decepción mirando a William y a Paula en vip, dice "A nosotros" y se toma de golpe también su trago.

OH HEY, FOR BEST VIEWING, YOU'LL NEED TO TURN YOUR PHONE