Nube Morena

Un 30 de diciembre

Decidí volver a escribir después de mucho tiempo y aunque no lo hago como me gustaría en este instante, siento la necesidad de expresar el más sincero sentimiento que he tenido durante mi vida.

Puede decirse que el 2018 fue un poco pesado, de muchas caídas y derrumbes, de demolición; afortunadamente cuento con un ser sublime y perfecto al cual me uní aún más y desde ese mismo instante agarre su mano y no me ha soltado en ningún instante aunque haya llorado, pataleado, gritado y tuviera ciertos sentires negativos que no quería, aunque sólo sentía vacío y zozobra por los obstáculos de la vida.
Estuvo conmigo, me guió, me reprendió, me felicitó, pero sobre todo me perdonó y me ayudo a perdonarme, me hizo entender que no tenía porque pensar en los otros en ese momento, que en este instante debía pensar en mí y solamente en mi, en curar heridas, en dejar rencores y odios, en permanecer lo bonito y puro en mi, en amarme mucho más; tanto así fue mi espacio de reflexión (aún lo sigue siendo), realmente un espacio de reflexión, que a mis escasos dieciocho años comprendí cual era mi misión en este planeta y nada me ha hecho más feliz que encontrar respuestas a dudas que no había podido responder, precisamente por que habían personas y situaciones que nublaron mi mirar.
Cada día fue una lágrima menos, un pensamiento de preocupación, temor o rencor menos.
Me iluminé, mucho más que nunca, aprendí a agradecer, aprendí a regar mis semillitas para que estás crezcan poco a poco, porque quiero ver todo un jardín lleno de colores y poder compartirlo.
Aprendí que no hay afanes, que todo lo que forzamos termina yéndose de nuestras vidas, que quienes se quedan en mi presente son los que tienen que estar, que quien se va debo dejarlo ir y no sostenerlo más si no tiene sentido.
Finalmente siento que la palabra plenitud ha llegado a mi vida, hoy más que nunca quiero cumplir mis objetivos, quiero llenar mi ser de generosidad, humildad, cariño y respeto, quiero continuar este proceso de entregarme a la alegría, a la buena vibra y energía, al positivismo y afrontar todos los obstáculos de la mejor manera, quiero amar de manera única y extraordinaria entregando lo mejor de mi y mejorando lo peor. Quiero ayudar y servir a los demás, cultivar y regar valores que ya sé creían perdidos, quiero ver la gente creer en si mismas y cumplir sueños. Quiero ver plenitud en ellos.

Ahora que estoy contigo, que te tengo más cerca que nunca, que lleno mi ser de ti, sé lo que es sentirse feliz, sé lo que es paz, tranquilidad y plenitud, porque confío plenamente en ti y sé con seguridad que este es mi camino y es el correcto, por esto agradezco infinitamente tu presencia en mi vida y que me hayas abierto los ojos de esta manera tan bonita.

Te amo y me amo y los amo. Aún me quedan algunas palabras por decir pero aquí se condensa lo más importante y primordial, no hay necesidad de más, lo bonito lo guardo en mi corazón, solamente lo sabemos tu y yo, y con eso me basta para sonreír y agradecer día a día.

Paula P.

Nube Morena —

Des(amor)

Me despido (amor), o quizá ya no.
Ya no cuesta escribirlo, ya cuesta referirme así hacia ti, porque ya no lo eres,
Ya comprendí el verdadero significado.
Que tus besos, no lo eran.
Que tus te quiero eran baratos.
Que tu tacto era pura física y no química.
Que el sabor de tus labios era dulce sintético.
Que eras licor adulterado deteriorando mi interior.
Que eras estrella ya muerta.
Y que el universo que dijiste que existía solamente lo pintaste en la habitación.
Eras ese gusto culposo, de cada uno de mis juicios.
Eras esa lágrima de mar, que cae por la sal.
Eras una bombilla confundida con el sol, que se funde cada vez que no tiene de dónde tomar energía, dependiente, sumisa.
Todo esto para decir que no eres lo que esperaba, eres eso que desilusiona y mata.
Que herve la sangre.
Que asesina corazones y alma.
Eras de dientes débiles, de indecisiones rápidas, de miedos ocultos, de poco equilibrio mental.
Eras, por qué ya no eres.
Hombre en celo, sediento, regalado, improvisado, carnívoro.
De segundos no de minutos.
Efimero. Intelectualmente poco atrayente.
Un pobre ser humano que con dos pies en la tierra, tiene cuatro en el infierno.
Animal.
Paula P.

Marchita

Nube Morena

Deseo inconsolable

Hoy es de esas noches en que las historias de los libros se hacen realidad y me encuentro inconsolable. Extrañar se convirtió en deporte, la melancolía me hace llorar pero también agradecer. Es de esas noches dónde mis ojos pesan más de lo común, dónde mis sueños se esfuman como la neblina y me dejan fría, desprotegida, a la deriva.

Los nudos en la garganta no me dejan respirar, la presión en el pecho me pide a gritos que saque eso de adentro que ni siquiera puedo descifrar.

Y empiezo a arder...

El auge de cada herida llega y pronunció las palabras que nunca pude a las personas que ya no están, a esas que duelen; imaginó tener el carácter que tengo con todos frente a esas personas y me desmoronó, me hago cenizas, me consumo...

Y llega el calor...

Siempre me ha gustado ser inusual, hacer lo que otros no se atreven porque ¿Para qué?, Y ahí me encuentro, buscando la manera de decir eso que siento y lo logró, de alguna manera lo consigo, soltar todo eso que me perturba a quien en parte lo ocasionó; pero sigue doliendo, quizá un poco menos, real en cada fibra que compone mi piel y teje mi alma.

Es de esas noches en que me quiebro completamente, en la que estoy completamente indefensa y desnuda, en la que puede suceder lo que sea y seguiré respondiendo genuina (ya no sé de dónde salen fuerzas), puedo incluso morir y me iré en paz. Mi corazón lo está y si pudiera pedir un deseo antes de morir sería ese, plenitud para mí alma y para la de todos.

Que irónico que no es la primera vez que muero, pero si la primera en la que pido un deseo.

OH HEY, FOR BEST VIEWING, YOU'LL NEED TO TURN YOUR PHONE