Desde una temprana edad, refugié a mi imaginacion en la espiritualidad. El mundo me parecía un lugar hostil, peligroso, e inseguro. Sufría de ansiedad y depresión, y auténticamente no lograba encajar dentro de ninguna norma social. A los 19 acudí a un psiquiatra, y comencé a ir a terapias. Encontré un hipno-terapeuta que solía ser rabino, y utilizaba leyendas sagradas de todas las religiones para sus inducciones. Desde ahí me adentré en el mundo de la meditación. 


En la preparatoria estudié teatro, y en la universidad me aficioné por la actuación, la dirección, la escritura, y la producción de arte. 


Mi búsqueda como artista me llevó a conocerme a mi profundamente. Comencé a practicar yoga y diferentes terapias somáticas, desde la técnica Alexander, Body Mind Movement, y Feldenkrais. 


En el National Theater Institute alternábamos la yoga con el Tai Chi. El Tai Chi es un arte marcial chino que utiliza una disciplina sobre la respiración para enfocar la mente y el cuerpo hacia la armonía y estabilidad corporal. En Rusia saqué un diploma del Saint Petersburg Theater Arts Academy. En el estado de Nueva York, saqué una licenciatura de teatro en Vassar College, donde dirigí obras de Chekhov y ayudé a adaptar “100 Años de Soledad” a una obra teatral. 


Me adentré en muchos tipos de meditación: Vipassana, Meditación Trascendental, Cábala, Hermetismo, Hinduismo, Budismo, Sufismo, y Tarot. A los 23 años me certifiqué como profesor de yoga, y acudí a mi primer retiro de meditación budista de 30 días. Desde ahí me comencé a centrar más dentro del budismo. 


De los 23 a los 27 años llevé una carrera en la industria del entretenimiento, en teatro, cine, y televisión. Trabajé en Televisa de escritor, dirigí una pieza de arte en el Museo Jumex y logré salir en una película.


Mi trabajo como artista se puede apreciar en la sección de Arte de mi página. Al mismo tiempo daba clases de yoga y meditación. Cada luna llena y luna nueva tengo rituales en mi casa, un evento que me gustaría reanudar después del covid. 


A los 27 me fui a estudiar una Maestría en Divinity en una universidad budista llamada Naropa, en Boulder, Colorado. Durante tres años me adentré dentro de la teología aplicada, y comencé a trabajar en hospitales con pacientes de trauma, pacientes terminales, y sus familias. Estudié las religiones a fondo, y participé en todo tipo de rituales y ceremonias. Ahí cursé mi segundo y mi tercer retiro de 30 días seguidos de meditación. 


El trabajo en los hospitales me despertó un llamado a ayudarle a cada individuo a reconocer su naturaleza divina en el momento presente. Cada momento ofrece la oportunidad de reconocernos como un proceso en perfección. Cada punto de vista individual es una religión diferente. Cada persona es un universo, y la espiritualidad cambia cada momento.