PARA TI

Para ti. Por ser lo que siempre has querido ser. Por conseguir todo aquello que has querido conseguir. Por quererme más de lo que creo merecer. Por ti hoy lucho.

Lucho. Lucho porque no hay nada que me parezca más valioso que tú. Por las ganas de vivir que desprendes, de comerte el mundo. Lucho porque me han repetido millones de veces que vale la pena luchar, por lo que vale la pena tener. Y tú, rayito de sol, tú mereces la pena en todos los sentidos.

Mereces la pena. Mereces la pena cuando ríes, cuando duermes, cuando gritas en medio de la calle que no quieres a nadie más de lo que me quieres a mi. Mereces la pena porque sueñas, y no existen los tiempos dificiles para los soñadores.

Sueñas. Sueñas en grande o en pequeño, da igual cómo sueñes, la cuestión es no dejar de hacerlo. Tener metas, tener propósitos. Sueñas que ganas, pero no vives en un mundo imaginario y sueñas que pierdes y eso te hace fuerte.

Fuerte. Fuerte al caer, fuerte al andar, paso a paso o deprisa. Fuerte al levantarte. Fuerte porque cuando pisas haces que todo el mundo se gire. Fuerte porque bailas como si no hubiera nadie mirando. Fuerte porque no existe el miedo para ti. Y si tienes miedo, estoy aquí, para ti.

Y es que hace unos días no pensé en ti, no pensé en nadie y nunca me di el tiempo de explicar en todo lo que me puedes encontrar, sí es que en un final alterno no logramos quedarnos en el para siempre que me encanta imaginar. Búscame en las pequeñas y largas cartas que te dé a lo largo de nuestros días, en las bugambilias, en el otoño que es mi estación favorita, me encontrarás cada que veas un atardecer de matices lilas y naranjas, en las nubes, en las flores de algodón, y en especial en la paniculata, pero dónde siempre estaré es en tu corazón, en tus recuerdos y en cada pequeño aspecto que logré congeniar contigo. Espero que me recuerdes como aquella niña con alma sobreprotectora, pero parlanchina cuál niña de 5 años que añora por contarte sus aventuras, porque regresaste eso en ella, de pasar a casi no hablar, a poder hablar de mil cosas, de sueños, miedos, inseguridades, pláticas serías y no tan serias. La hiciste mejor persona y al mismo tiempo la haces feliz.

Atte: la morrita más sope, pero linda de la colonia.

(Adjunto foto de la parejita de mi serie favorita porque considero que sin problemas, somos o pudimos haber sido en esas épocas)