La didáctica tradicional utiliza como “métodos didácticos” al analítico, sintético, inductivo y deductivo que son los métodos generales lógicos, es decir los métodos propios de pensar, y no del enseñar en particular.
Los métodos lógicos son los que utilizamos en cualquier actividad diaria, permanente, nuestra vida cotidiana. De “pensar” es “pensar para actuar”, pensar con fin. Los métodos didácticos deberán asentarse sobre una nueva lógica, la que explica la estructura del método científico: delimitar o definir el problema, buscar los datos necesarios, formular hipótesis o alternativas de solución, búsqueda de nuevos datos para cada una de las hipótesis, previsión de las consecuencias en caso de elegir una determinada alternativa, prueba o comprobación de las alternativas.
La evaluación surge de la necesidad del sistema educativo de establecer grados o valoraciones de los estudiantes respecto a los conocimientos que tienen de las distintas materias. Esta valoración se hace sobre criterios objetivos: midiendo el grado de conocimiento de un tema, planteándole de forma oral o escrita preguntas sobre el mismo, midiendo la habilidad que tiene en la resolución de problemas, etc. Esta valoración es necesariamente parcial, ya que no cubre todos los aspectos.
de la compleja personalidad del estudiante individual, como puede ser su actitud ante la asignatura.
La evaluación tiene también un valor didáctico intrínseco. Todos los profesores están de acuerdo de que la sola presencia de los exámenes motiva el trabajo de los estudiantes, que adoptan una actitud más activa en su proceso de aprendizaje.
En la concepción tradicional, se presenta en materias aisladas o independientes. Se trata de una división lógica. Las materias reflejaban las divisiones por sectores de la realidad al estilo de los tratados, en cierto sentido considerado como asignaturas o material didáctico. Se les creaba separaciones mentales entre las materias. Les resultaba difícil imaginar que lo que aprendía en una asignatura podría tener alguna relación con la otra, ya que se le entregaba la realidad por fragmentos o partes diferentes.